La denuncia contra el ministro de Economía, Axel Kicillof, por su presunta vinculación con el fondo de inversión Latan Securities -al que habría beneficiado en operaciones con bonos- está empezando a generar preocupación en la Casa Rosada.

Según supo LPO, en una cena de funcionarios nacionales que tuvo lugar esta semana la denuncia contra Kicillof fue tema de varias conversaciones entre los asistentes. “Todos hablaban de eso”, comentó uno de ellos.

En el Gobierno admiten que se trata de un tema delicado y algunos estiman que el ministro podría estar complicado si se avanza con la investigación sobre una operación de 200 millones de dólares en la que Axel habría intercedido a favor del fondo Latan Securities, propiedad de Diego Marynberg.

El tema salió a la luz en una nota que días atrás publicó el periodista Marcelo Bonelli en Clarín, donde asegura que Kicillof intervino a favor del fondo Latan Securities para que el Banco Central “le venda bonos en forma directa y ventajosa”. “Fue una operación por unos 200 millones de dólares, que benefició al fondo de Diego Marynberg, un inversor de sólido contacto y consulta de Kicillof”, agrega.

La versión más fuerte que corre en torno a esta información es que es un pase de facturas por la denuncia contra el hermano de Juan Carlos Fábrega por una supuesta cueva financiera que habría surgido desde el entorno de Kicillof y La Cámpora. 

Esa información derivó en una denuncia penal contra el ministro. La presentación fue realizada por el dirigente Juan Ricardo Mussa, que pidió que se investigue la posible comisión de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, negociaciones incompatibles, lavado de dinero, asociación ilícita, entre otros.

De la lectura de la demanda no se desprende con claridad qué delito puede haber cometido Kicillof, pero queda abierta la puerta para que la justicia federal avance sobre la operación con bonos que se menciona. También es interesante porque revela una trama de relaciones con agentes financieros que hasta ahora se desconocían.

En la presentación también se cita un artículo de Daniel Santoro, que aporta detalles sobre Marynberg, un financista que presuntamente “estuvo investigado en la quiebra del banco Somicer de Bahamas y nombrado en la del banco Medefin de Buenos Aires”.

En esa nota, la vocera de Kicillof sostiene que el ministro no lo conoce. “Sin embargo, una fuente empresaria afirmó que Marynberg ‘asesoró informalmente al equipo de Kiciloff en la pelea con los fondos buitre’”, agrega Santoro.

“Marynberg, que vive en Nueva York, tiene la consultora financiera Clover Consulting en Buenos Aires junto con Elena Spolsky. El financista es el yerno de Alberto Spolsky, el ex presidente del quebrado banco Patricios”, continúa. “En 1997, quebró el banco Socimer de las Bahamas y dos clientes de apellido Turco iniciaron una demanda por más de 200 mil dólares contra el asesor de esa entidad, Pablo Stabholz. En la causa, se investigó un fax firmado por Marynberg, entonces director del Socimer, que proponía transferir títulos de Alpargatas de los Turco al banco The Hemisphere National Bank de Miami. En la causa, Marynberg declaró como testigo que ante la inminente caída del Socimer había aconsejado a los clientes sacar sus inversiones del banco”, detalla.

La fiscal de esa causa, Graciela Bugeiro, sospechó en ese momento que “quien se habría quedado con el dinero de los Turco habría sido, en realidad, Marynber y usó a Stabholz para desviar la atención. Sin embargo, el juez Rodolfo Cresseri dictaminó que no estaba probada la supuesta maniobra hecha en un paraíso fiscal y sobreseyó a Stabholz. Pero la querella apeló y la Cámara del Crimen anuló el sobreseimiento y ordenó mandar un exhorto a Miami para comprobar quién se quedó con la plata de los Turco".

Además de Kicillof y Marynberg, en la denuncia se menciona a "Alberto Spolsky, Alejandro Bilik, Sergio Fryd, Héctor Kleiman, Saúl Raibenberg y Carlos Ungar y otros por cuanto la negociación y participación en distintos negocios fue absolutamente irregular".