La Cámpora puntea los cargos de la cancillería y las embajadas que quiere ocupar y una de las primera en las que puso el ojo fue Rusia, una plaza clave para buscar dólares.

Esta semana Clarín y La Nación contaron la furia de los empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores están por las versiones de un anteproyecto para eliminar el límite de 25 embajadas que pueden ocupar los Gobiernos.

Hace tiempo que Cristina Kirchner quiere renovar el cuerpo de diplomáticos y para eso Héctor Timerman adelantó la edad jubilatoria y consiguió varios retiros.

Pero la presidenta evitó ubicar a embajadores de carrera y así varias embajadas quedaron acéfalas.

Una de ellas es Rusia, un país que ocupa un lugar importante en las proyecciones de la Casa Rosada: en diciembre, cuando la falta de dólares sacudía al Gobierno, Jorge Capitanich propuso buscar financiamiento en ese país y en China. 

Según contó a LPO un allegado a La Cámpora, pronto a desembarcar en la Cancillería, esa embajada está en la mira de la agrupación y hasta de algunos gobernadores con llegada frecuente a la Casa Rosada. Las nuevas reglas de juego ya pusieron a todos a jugar a todo el arco político. 

Tras la salida de Kreckler, la embajada rusa quedó a cargo de Héctor Monacci, hasta entonces encargado de negocios, según publica el Ministerio de Relaciones Exteriores. El 4 de abril, un decreto presidencial nombró a  Anselmo Tettamanti, otro funcionario de carrera de los que La Cámpora quiere barrer. 

Con el cupo de embajadores políticos cubiertos, Timerman sólo podría reemplazarlo por otro diplomático de carrera. Y parece que no es su intención. 

Kicillof lideró un viaje de negocios pero no tuvo éxito. Aun así, la agresiva posición del gobierno de Vladimir Putín no deja de tentar a los funcionarios de Economía y conseguir un embajador confiable sería el primer paso.

El desembarco de La Cámpora en Cancillería sería la embestida final de la agrupación de Máximo Kirchner.

Empezó en el Ministerio de Desarrollo Social, cuando ubicó a Rodrigo Rodríguez en la secretaría de Organización y Comunicación Comunitaria, a cargo de los más de 700 Centros Integradores en todo el país.

El copamiento de Cancillería tendría otro palo para la cuñada de la presidente: uno de los que está en la cuerda floja es el vicecanciller Eduardo Zuaín, cercano a la ministra de Desarrollo Social.

Zuaín fue en estos días el encargado de reunirse con los empleados y decirles que las versiones de un cambio de ley para entregarle embajadas a La Cámpora son sólo rumores. No dejó tranquilo a nadie.