La reinserción política de Alberto Fernández, en un nivel
serio de la política se está complicando. Este ex jefe de Gabinete de los
Kirchner que en algún momento se creyó su propio relato en el que se
posicionaba como un “King maker” que iría forjando nuevos Presidentes como,
dice, que hizo con Kirchner, entró en zona de riesgo en el massimo.
Malena Galmarini, la influyente y temperamental esposa de Sergio Massa, lo desprecia profundamente, según comentaron a LPO fuentes del massismo, y no sólo eso, ya bajó una definición con olor a ultimátum: “Lo quiero lejos de mi marido”.
En el entorno político de Massa la percepción no es mejor, los intendentes afirman que el ex jefe de Gabinete de los Kirchner es en realidad un “doble agente” que sigue apostando a una candidatura presidencial de Daniel Scioli.
Se trata en rigor de un dato de la realidad. Los propios operadores de Alberto Fernández se encargan de afirmar que su jefe empezó a reconstruir su relación con Scioli, a quien en una de sus tantas volteretas, abandonó antes d elas elecciones de octubre para acercarse junto a Massa.
“No se confundan, nosotros no somos punto de Massa, somos socios y si el año que viene Daniel está mejor posicionado vamos a trabajar para que se concrete la fórmula Scioli Presidente-Massa gobernador”, afirmó uno de sus operadores a LPO.
Lo más notable sin embargo no es el razonamiento, sino la convicción del “albertismo” de que siguen siendo un actor relevante de la política nacional, cuando en el plano de la realidad carecen de todo desarrollo territorial –nunca fue su fuerte- y ahora también de cargos en el poder.
El propio Alberto Fernández se pasó amenazando con su candidatura a senador por la Capital y las encuestas lo devolvieron a la realidad: Directamente no medía nada, por lo que tuvo que archivar esa aventura. Este año intentó reflotar su aparición en el distrito con un acto, esta vez colgado de Massa, pero el “lanzamiento” murió en la más desoladora intrascendencia.
Será acaso esa orfandad que lo llevó ahora a enfocar sus ambiciones hacia Santa Fe, donde por estos días intenta articular un extravagante “espacio político” con algunos resabios del reutemanismo.
“Pobre Alberto lo único que tiene, a veces, es razón”, lo describió con cariño un senador nacional que solía hablar con él cuando era uno d elos hombres más poderosos de la Argentina.
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Esto va a quedar totalmente expuesto como uno de los grandes escándalos político-institucional-periodístico en pocos días cuando el Tribunal Oral Nº 3 haga conocer los fundamento de su fallo del jucio oral, que luego de marchas y contramarchas y todo tipo de perversiones en su camino, termino en el juicio oral que finalizo el año pasado.
Pero el veredicto y el adelanto del fallo, es lapidario para los personajes mensionado ut supra, según el TOF3, mintió Pontaquarto porque le pagaron para hacerlo y obvio los tales sobornos que de ninguna manera podían existir, fueron un "operativo" rumor del peronismo para debilitar las ínfulas anti-corrupción de de la Rúa, que ya apuntaban a rucucu Ruckauf por chanchuyos en los manejos de dineros en el Senado y al zobeca Duhalde por la quiebra fraudulenta del BAPRO.
Alberto Fernández es un hábil manipulador, un tipo absolutamente amoral, un gran inventor de fábricas de humo, en suma, un tipo despreciable. Malena tiene razón. Como buena hija de su madre, ha desarrollado un extraordinario instinto político y eso le permite, sin miedo a equivocarse, percibir donde están los traidores. Sólo quisiera sugerirle que considere los nefastos antecedentes de otro cachafaz imporante, menos que Alberto, pero igualmente peligroso, Juan José Álvarez, si Sergio encarna algo nuevo en política, Malena no permitas que entornen a tu marido esta clase de perdedores, fracasados y oportunistas.