Daniel Scioli gestiona con gobernadores de otras provincias ponerle un techo de 25% a las paritarias, al coincidir con ellos en que una suma mayor llevaría a todos a una quiebra. 

En ese caso, los mandatarios se verían obligados a romper el pacto fiscal y emitir cuasi monedas, práctica que se propagara en 2001 y el kirchnerismo suele ufanarse de haber eliminado. 

Algunos de los gobernadores que hablaron este tema con Scioli fueron José Manuel de la Sota (Córdoba), Luis Beder Herrera (La Rioja), Maurice Closs (Misiones), Francisco Paco Pérez (Mendoza) y Juan Manuel Urtubey (Salta).

El panorama bonaerense no es el mejor: Los docentes anticiparon que pedirán un 30% y es esa paritaria la que marca el ritmo de las negociaciones con el resto del personal.

La federación de gremios estatales también exige un 30%, mientras que UPCN, de Carlos Quintana, sí aceptó esperar a marzo para tirar números.

Por si fuera poco Jorge Capitanich fue claro con Scioli: la Nación no aportará un solo peso para resolver los conflictos salariales de las provincias.

Los gobernadores le pidieron que al menos cierre la paritaria docente y no como el año pasado cuando decretó un 18% y los envió a negociar a las provincias. 

Las arcas de todas las provincias quedaron sentidas tras los exorbitantes aumentos que le ofrecieron a la policía en diciembre, luego de revueltas que terminaron más de una decena de víctimas.

En esos días Scioli acordó con De la Sota y Oscar Jorge, de La Pampa, no ofrecer un salario mayor de 8500 pesos de bolsillo. 

Algunos gobernadores no pueden cumplir esos acuerdos, como el de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Otros estudian ingenierías burocráticas para pagar sueldos no remunerativos y desembolsar menos plata.

La única ayuda que ofreció Cristina fue postergar la deuda que las provincias tienen con la Nación. Sólo Closs y Beder Herrera le sacaron el compromiso de adelantar un pago de la coparticipación federal.