Kirchner quiere usar las reservas que son "inflación pasada" porque se compraron con emisión. Y la UCR querría que se usara "inflación futura", y endeudamiento con el sistema bancario. La negociación, entonces, es un mix.

El ex presidente ensaya la alternativa de las candidaturas "testimoniales" dejando poco margen para una "traición". Sabe que todos necesitan de su chequera, pero también que muchos sospechan que ahí ya quedan pocos fondos.

La Argentina sigue sin calificar para recibir crédito internacional y las masivas nacionalizaciones de empresas más el fin de las AFJP ayudaron para incrementar exponencialmente el gasto público. Ante esto, no hay reservas del Banco Central que alcancen. A menos que el gobierno esté dispuesto a vender dólares para pagar salarios y jubilaciones. Y al momento de devolver los swaps, hacer un nuevo default.

La variante más rancia del conservadurismo liberal y el más extremo populismo se instalaron en el seno de la política económica del gobierno nacional. La destrucción del mercado de capitales en medio de la crisis financiera que busca generar tranquilidad en los inversores.