Mauricio Macri le pidió ayuda a Elisa Carrió y Pino Solanas para que le voten en la Legislatura la creación de un instituto para evaluar docentes,
un proyecto que anticipó LPO en marzo y que es duramente resistido por los sindicatos de los maestros.
Para realizar ese pedido, el jefe de gobierno porteño se refirió esta mañana a los resultados que arrojó en la ciudad el informe Pisa, la evaluación internacional que analiza el rendimiento educativo de alumnos de 15 años en 65 países.
Según el nuevo informe de Pisa, Argentina retrocedió una vez al puesto 58 de entre los 65 países evaluados.
“Es fundamental un compromiso con la educación pública que sea compartido por la dirigencia política y por toda la sociedad y que tenga metas claras y evaluables año tras año, a través de un instituto independiente que fije parámetros exigentes para saber dónde estamos y hacia dónde vamos y que no sea un Indec manipulable por la política”, advirtió Macri.
En ese sentido, el jefe de gobierno le pidió “a la doctora (Elisa) Carrió, a (Martín) Lousteau, a Pino Solanas y al partido radical, que han tenido un importante apoyo de la comunidad en las últimas elecciones, para que nos acompañen en la creación de este instituto”.
El pedido de Macri no es casual: el proyecto del instituto de evaluación será tratado en la sesión de mañana y en la oposición no quieren quedar pegados. Es que en los bloques opositores recuerdan la dura reacción de los gremios contra los legisladores que votaron el proyecto de eliminación de las Juntas Docentes a fines de 2011.
“Nadie quiere ser el nuevo Abrevaya”, aseguran en el bloque macrista en referencia al entonces legislador de la Coalición Cívica que fue clave para destrabar
la ley más resistida por los gremios docentes durante la gestión de Macri, que teminó con balazos de goma en la Legislatura.
Por esta razón, el PRO votará la creación del instituto en soledad y esperará a que algunos legisladores de la oposición se abstengan para que la ley, que ya tiene dictamen de comisión, tenga más votos positivos que negativos y por ende salga por mayoría simple.
La semana pasada, el PRO se valió de ese mecanismo para aprobar el Presupuesto 2014: lo pudo sancionar gracias a la abstención de los diputados de los bloques de Unen, que si hubieran votado en contra habrían hecho caer la ley.