Ernesto Castañeda es un especialista latino de larga experiencia que estudia las dinámicas de integración y exclusión a partir de los desplazamientos poblacionales. Profesor del Departamento de SociologÃa en American University en Washington, Castañeda se doctoró en Columbia y acaba de asumir como director del Immigration Lab, un centro de estudios que genera informes en forma permanente sobre el flujo migratorio a nivel global. Su trabajo lo convierte en uno de los estudiosos más autorizados para analizar los últimos movimientos de la administración Biden en relación a la crisis migratoria. En diálogo exclusivo con LPO, opina sobre el plan que Joe Biden anunció hace unos dÃas junto a Alejandro Mayorkas, habla del viaje del presidente a la frontera sur y explica que la migración de Mexico a Estados Unidos viene cayendo en forma sostenida desde la crisis de 2008.
¿Qué indica la visita de Biden a El Paso y el nuevo plan que anunció su administración para ordenar la crisis migratoria?
La visita del presidente Biden a El Paso, Texas, fue algo simbólico para responder a una crÃtica de los republicanos y algunos demócratas de que no habÃa visitado la frontera. Su visita sin incidentes claramente confirma lo que los datos indican: que esa es una ciudad muy segura y tranquila y que no hay ningún tipo de crisis de seguridad nacional. El paso de migrantes por la región del paso del norte no es nada nuevo y la petición de asilo en la región pasaba como algo desapercibido antes de la pandemia. El incremento de personas es en parte resultado del efecto económico de la pandemia y de la difÃcil situación económica en paÃses como Cuba, HaitÃ, Venezuela y Nicaragua. El establecer un mecanismo legal para aceptar a gente de estos paÃses de manera más ordenada y menos peligrosa es algo positivo. Sin embargo, el lÃmite numérico y el retorno de gente de estos paÃses a México es algo que hará que la situación no esté del todo arreglada.
¿En qué medida Biden es prisionero de la polÃtica de Trump en la materia y en qué medida se aprovecha de la prédica republicana para buscar un raro equilibrio y no definir un rumbo claro?
Al empezar su mandato, Biden rápidamente terminó la construcción del muro fronterizo y los bloqueos a la migración del mundo árabe, redujo las deportaciones desde el interior y trató de reunificar a las familias de los menores separados por Trump. Ninguna de estas prácticas terminó al cien por ciento, pero dejó de tener el énfasis práctico y mediático de la era Trump.
Las prácticas antiinmigrantes heredadas de Trump que han quedado son las que, justamente, han atraÃdo más atención. El programa "Quédate en México" siguió por la orden de las cortes y aunque técnicamente terminó, esa práctica se ha transformado a través del TÃtulo 42 y las nuevas polÃticas públicas anunciadas por Biden recientemente. Lo que estos programas tienen en común es que, con el consentimiento del presidente de México, Estados Unidos puede regresar a México no sólo mexicanos sino ciudadanos de otros paÃses del hemisferio, incluso aquellos planeando pedir asilo. Es cierto que Trump comenzó estas prácticas y el gobierno de Biden ha sido forzado por las decisiones de las cortes, la inacción del Congreso, las consideraciones prácticas en la frontera y la presión de la patrulla fronteriza a continuar el cierre de la frontera a personas de varios paÃses y negar el derecho a pedir asilo, al cual la gente perseguida tiene derecho de acuerdo con la ley internacional y estadounidense.
De acuerdo a la información que surgió de la cumbre, Mayorkas le pidió a México que reciba el triple de los migrantes que piensa expulsar Estados Unidos. ¿Cuál es la lógica que guÃa la polÃtica de Estados Unidos en ese intento?
La verdad es que México no necesariamente tiene un buen conteo de cuanta gente recibe sobre todo porque muchas de las personas son devueltas varias veces. El estimado de 100 mil personas se basa en datos dudosos de Estados Unidos.
Un artÃculo suyo sostiene que la histórica migración de México a Estados Unidos está frenada desde 2008 cuando comenzó la recesión. ¿Qué tipo de asociación resultarÃa virtuosa para los dos paÃses en esa materia? ¿Cómo podrÃan beneficiarse los dos?
Si, la emigración mexicana ha disminuido, pero no es cero. Muchos mexicanos siguen saliendo por razones económicas, familiares, profesionales y relacionadas con la impunidad y la guerra contra el narcotráfico. A la vez mexicanos y méxico-americanos se mudan en números importantes a México tanto forzados como voluntariamente. Hace falta una integración regional por medio de las personas.
Un estudio reciente acaba de reafirmar que la tasa de fertilidad de Estados Unidos es una de las más bajas de la historia y el paÃs necesita a los migrantes para volver a crecer. ¿Por qué los polÃticos de los dos partidos no saben aprovechar esa potencialidad desde el punto de vista económico y no pueden argumentar con claridad sobre el tema?
Asà es, los migrantes siempre han sido un motor poblacional para lo que ahora es Estados Unidos. Los migrantes también traen importantes capitales económicos y culturales y han sido pieza clave para la innovación tecnológica y cultural.
Desde siempre grupos de supremacistas blancos han estado en contra de la migración de no protestantes del norte de Europa. Y porque la derecha y parte importante de los lÃderes del partido republicano desde los 1980s ha politizado el tema de la migración y usado para ganar votos a corto plazo. Los lÃderes demócratas por muchos años lo vieron como un tema estigmatizado y son tibios en proponer cambios de raÃz.
La presencia creciente de los latinos está transformando la polÃtica. ¿Cuál dirÃa usted que es la consecuencia principal de este cambio demográfico, cultural, económico y polÃtico?
Hay latinos de todo tipo. Muchos votan por los demócratas que son más inclusivos, pero muchos son polÃticamente conservadores y, como otros grupos, casi la mitad no vota o no está activa en asuntos electorales. Con el tiempo, como sucedió con los primeros grupos migrantes, los latinos se integran a la mayorÃa y muchos se vuelven indistinguibles, otros son racializados y excluidos otros se vuelven reaccionarios para sentirse más en casa dado el discurso antiinmigrante que impera en algunos cÃrculos y tiempos electorales. Pero a pesar de esto, los Estados Unidos de hoy no se pueden entender del todo sin tener en mente a los latinos, los afroamericanos, los asiáticos y migrantes de todas partes del mundo que hacen de este paÃs lo que es.
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