Jair Bolsonaro volvió a la carga con su intención de abrir la posibilidad de acceso a las armas para la población civil. Si bien su objetivo es lograr la aprobación de una ley este año, el presidente lo hizo por decreto.
Esta medida fue una de las promesas de campaña y significa una bandera histórica del bolsonarismo a punto tal que se transformó en un sÃmbolo entre sus seguidores a través del gesto de la ametralladora que hizo famoso al presidente.
La propuesta tuvo sus avances y retrocesos. Al comienzo del gobierno autorizó por decreto pero terminó siendo retirado por no contar con el aval del Congreso. Luego, se trabajó una ley junto Sergio Moro cuando estaba en el ministerio de Seguridad y Justicia, que tampoco prosperó por la falta de predisposición del ex juez.
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En ese sentido, una encuesta publicada el 26 de febrero por la consultora Ideia sobre una base de 1.200 entrevistas sostuvo que el 27 por ciento de los consultados apoya los decretos, el 40 está en descuerdo y el 32 por ciento no se expresó ni a favor ni en contra.
A su vez, el 56 por ciento cree que la posesión de armas sin restricciones debe ser prohibida porque es una amenaza para otras personas contra el 44 que la considera un derecho del ciudadano a defenderse. AsÃ, el 58 por ciento cree que aumentará la violencia, el 15 que no habrá diferencia y el 18 que la reducirá. Entre los que consideran la gobierno como bueno o muy bueno, un 76 por ciento apoya la idea de la posesión de armas como forma de defensa.
Los grupos con más temor al aumento de la violencia por la tenencia de armas son mujeres (66 por ciento), habitantes del Sureste (62 por ciento), mayores de 45 años (61 por ciento) y los ciudadanos del norte (81 por ciento).
"La mayorÃa de los encuestados cree que la violencia aumentará con las medidas de flexibilidad de armas presentadas. por el gobierno (58%) ", explicó en el informe MaurÃcio Moura, fundador de IDEIA.
Los últimos decretos del mes de febrero permiten que los ciudadanos que tengan las correspondientes licencias podrán a partir de ahora adquirir hasta seis armas y 2.000 municiones por año. Además, el certificado de "capacitación técnica" necesario para acceder al armamento, emitido por las autoridades, podrá sustituirse por una declaración de un club de tiro en la cual deberá constar que el solicitante practica "habitualmente".
Como ocurrió en 2019, hay resistencia de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos y existen posibilidades de la anulación de parte del poder judicial. Uno de los máximos defensores de la portación de armas es el hijo mejor de Jair, el diputado Eduardo Bolsonaro, quien llegó a protagonizar una polémica por ir armado a las sesiones en el Congreso.
Bolsonaro dijo en varias ocasiones que "no le teme a un pueblo armado porque impide que un gobernante se convierta en dictador". Este año aprovechará a sus aliados en el Congreso para seguir avanzando y lograr la ley.
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