Como se preveÃa, la travesura de Emilio Monzó tuvo el efecto deseado por Mauricio Macri: Cambiemos tendrá al menos la mitad de los miembros de la bicameral de trámite legislativo, encargada nada menos que de tratar la viabilidad de los decretos presidenciales.
El Senado definió por estas horas a seis de sus ocho miembros y tres son oficialistas: la jujeña radical Silvia del Rosario Giacoppo, el macrista correntino Pedro Braillard Poccard y el Luis Naidenoff, jefe del Interbloque y referente de la UCR formoseña.
Como explicó LPO, el presidente de la Cámara baja le otorgó a Cambiemos 5 de los 8 diputados de la bicameral, aun cuando su bloque tiene sólo el 41% del recinto. Lo justificó en la aplicación del sistema d'hont, que suele usarse para distribuir cargos legislativos, pero no cargos en comisiones.
En el Senado no hubo maniobras similares y el bloque Justicialista, conducido por Miguel Pichetto, tendrá tres miembros: el jujeño Guillermo Snopek, la formoseña Teresa González y el pampeano Daniel Lovera. Una de las otras vacantes las cubrirá el kirchnerismo (seguirÃa la rendidora Anabel Fernández Sagasti) y la otra algún sector opositor, que Cambiemos quiere que sea afÃn.
"Necesitamos garantizar la presidencia la bicameral para nosotros", explicaron desde el oficialismo de la Cámara alta. O sea, no serÃa el hostil Adolfo RodrÃguez Saá ni los progresistas Fernando "Pino" Solanas y Magdalena Odarda, convertidos en duros opositores junto a los K.
El salteño Juan Carlos Romero y la fueguina Miriam Boyadján son algunos de los dóciles posibles, capaces de garantizar la mitad más uno para nombrar a un senador oficialista como presidente.
Giacoppo tiene ganas, Naidenoff es el más experimentado (integra la bicameral desde su creación), pero los jefes de bloques no suelen presidir comisiones.
De todos modos, esa ya es una pelea secundaria, porque con la mitad de los votos asegurados Cambiemos domina el quórum, o sea, define cuando se reúne la bicameral y si se puede firmar dictamen.
La ley que regula los DNU permite anularlos si ambas cámaras lo rechazan (no hay antecedentes), pero antes deben esperar 20 dÃas, 10 para que el Gobierno los envÃe y otros 10 para que la bicameral lo trate, con el único fin de definir si se justifica haber salteado el Congreso. Mientras tanto, el Gobierno puede aplicarlo sin problemas. Ese tiempo quedó en poder de Cambiemos.
Por ahora, el oficialismo no congelará la bicameral y planea una reunión en febrero para tratar los dos DNU de Macri: el de reforma del Estado (que incluyó cambios en Anses y hasta en transporte de carga) y el reciente que anuló la paritaria nacional docente. Saben que tendrán mayorÃa.
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De acuerdo a estos criterios establecidos internacionalmente, el gobierno de Macri es ilegítimo.