Graciela Camaño reconoció poco antes de la una de la madrugada que la oposición ya no podía seguir insistiendo con pasar la sesión a cuarto intermedio porque había perdido esas votaciones. 

Pero en un giro que tomó por sorpresa a todos, pidió escuchar a la gente que en ese momento salía a manifestarse de manera pacífica y con cacerolas en la mayoría de las ciudades del país y frente al propio Palacio del Congreso. "Con toda humildad les pido que escuchemos a la gente, que ya no podemos decir que son unos violentos", afirmó y pidió que el proyecto regrese a comisión, una variante que si estaba habilitada.

"Nos comprometemos a aportar nuestros mejores hombres para debatirlo", agregó. La ocurrencia fue de inmediato celebrada por toda la oposición que la aplaudió, en algunos casos hasta de pie.

En ese momento el presidente de la cámara, Emilio Monzó, hizo malabares para estirar la votación hasta que se sentaran algunas diputadas y diputados que estaban afuera del recinto y luego se pasó a votación y Cambiemos mas los diputados de los gobernadores lograron rechazar la votación por 127 votos contra poco más de 110.