Nicolás Maduro y Leopoldo López recibió este sábado el beneficio del arresto domiciliario y pudo salir de la prisión de Ramo Verde, como le exigía la comunidad internacional y el presidente Macri exigió en su discurso ante el G20 en Hamburgo.

López, preso desde febrero de 2014, venía sufriendo un agravamiento de las condiciones de detención y hasta torturas, según denuncio reiteradamente su mujer, Lilian Tintori, quien encabezó una tenaz campaña internacional pidiendo su liberación.

La decisión de Maduro se da tras tres meses de intensas protestas contra el régimen chavista en las que han muerto al menos 89 personas.

Al momento de ser trasladado a su casa, López llevaba más de 90 días sin ver a sus abogados, los últimos 32 bajo condiciones de aislamiento severo en una torre del penal militar, por lo que su liberación sorprendió y todavía no está claro que significa en términos de como evolucionara el sitiado régimen de Maduro. 

"Mantengo firme mi oposición a este régimen", escribió López al salir de la prisión, en un mensaje leído por Freddy Guevara, dirigente de su partido Voluntad Popular, en la puerta de la residencia del opositor, donde se reunieron decenas de personas. "Reitero mi compromiso de luchar hasta conquistar la libertad de Venezuela", agregó.

Su liberación es vista como una importante victoria por todos los que se oponen al régimen de Maduro y esta misma noche el ex presidente de Chile, Sebastián Piñera, se comunicó con él, entre otros líderes.

Al salir de prisión López apareció en buen estado y hasta atlético. Según había denunciado su mujer, los guardiacárceles no lo dejaban leer, por lo que lo único que le quedaba por hacer para matar el tiempo era ejercitarse.

El Supremo Tribunal de Venezuela informó sin embargo en su página web que decidió otorgarle a López arresto domiciliario "en virtud de la información recibida sobre la salud" del dirigente opositor y por esta razón le concedió una "medida humanitaria".

Tras la liberación del ex alcalde del municipio caraqueño Chacao, miembros del grupo élite del Servicio Bolivariano de Inteligencia lo trasladaron a su casa. Le colocaron un brazalete electrónico.

Durante los 40 meses que estuvo en Ramo Verde, la OEA, ONU, el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Amnistía Internacional, Human Right Watch, el Mercosur, CIDH, el papa Francisco, los presidentes de Estados Unidos Donald Trump y Barack Obama, Mauricio Macri (Argentina), Pedro Pablo Kuczynski (Perú), Enrique Peña Nieto (México), Juan Manuel Santos (Colombia), Justin Trudeau (Canadá), Mariano Rajoy (España), Michel Temer (Brasil), Horacio Cartés (Paraguay), Luis Guillermo Solís (Costa Rica), el Parlamento Europeo y otros ex mandantarios pidieron su liberación.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha dicho que la medida de arresto domiciliario es apenas un paso y exigió la liberación de los restantes presos políticos. Después de 100 días de manifestaciones se calcula que pasan de 400 las personas detenidas por manifestarse en las calles contra el régimen de Maduro.

López fue condenado en 2015 a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de cárcel, a cumplir en la prisión militar de Ramo Verde, considerado culpable de participar e instigar las manifestaciones de 2014, que provocaron la muerte de 43 personas y cientos de heridos.

Su salida culmina meses de intensas negociaciones. Durante los últimos dos meses Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador (centro oeste de Caracas), y su hermana Delcy, ex canciller del gobierno de Nicolás Maduro, lo habían visitado en reiteradas ocasiones para trasladarle las ofertas del régimen. Algunas de esas conversaciones fueron presenciadas por el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, quien estuvo por última vez en Caracas la semana pasada.

A principios de junio, incluso, López estuvo a punto de abandonar la cárcel, pero su esposa Lilian informó que el dirigente rechazó tal posibilidad. El dirigente temía que su liberación se interpretara como un gesto de capitulación.