La muerte de un trabajador en septiembre del año pasado en la nueva terminal de la línea 60 en Barracas reavivó una controversia de la empresa con un grupo de 50 trabajadores. Al fallecimiento de este electricista, le siguió una manifestación con hechos de vandalismo que terminó con otro trabajador herido, un guardia que terminó hospitalizado por los golpes de los choferes.

Por el ataque al trabajador y las instalaciones, la empresa resolvió despedir a 10 trabajadores y suspender a otros 22. Y tras varias instancias de conciliaciones voluntarias y obligatorias, ahora el Ministerio de Trabajo dictó una nueva conciliación obligatoria hasta el 29 de mayo.

Para Triaca y Dietrich el tema de la 60 es un dolor de cabeza por tratarse de un nuevo mini SanCor: por un lado, necesitan sacarlo del foco de conflicto con la UTA mientras negocian con las paritarias con los colectiveros, pero podría devenir en un problema mucho mayor porque la empresa ya tiene su decisión tomada: no va a trabajar con gente que no acata directivas, agrede y amedrenta a los trabajadores que no se pliegan a sus medidas de fuerza, no le importa si estos trabajadores resuelven un nuevo paro.

En el medio, quedan de rehenes los 100.000 pasajeros que a diario se toman un colectivo de la línea 60. Por este conflicto en particular ya hubo más de 30 días de paro.

Una fuente allegada al conflicto aseguró a LPO que "En realidad se trata de un grupo de 50 choferes que querían organizar una cooperativa de trabajadores cuando la empresa estaba en concurso de acreedores y vienen sistemáticamente boicoteando a las tres empresas que compraron la línea. La justicia recién en 2017 imputó a los denunciados en 2011 por atacar a golpes a un compañero que no quiso sumarse a un paro. La diferencia es que esta vez están todos filmados por las cámaras de seguridad y fueron identificados. Con ellos en la empresa, los dueños dicen que no pueden garantizarles condiciones óptimas de trabajo a los otros 900 empleados".

"Es el mismo grupo de trabajadores que copó el palco de la CGT en abril. Uno de ellos estaba con licencia por ART por una cirugía en un tobillo y no estaba en condiciones para trabajar, pero sí para saltar en el palco y subirlo al Facebook", agregó la fuente.

DyN

LPO se comunicó con el vocero de la empresa, pero se abstuvo de hacer comentarios porque la conciliación se lo impide.

El esplendor que la línea 60 supo tener 20 años atrás se fue desluciendo por las pujas entre dueños que se sucedieron luego de la salida de la dirección de Bebe Ramos en 2004, al punto que en 2007 la empresa fuera a concurso de acreedores.

En 2010 tres grupos empresarios decidieron comprar a sus participaciones a 200 accionistas y modernizar la línea. Se trata del grupo DOTA -dueño de las líneas 21, 28 ,57, 117, 161 y 168-, el Grupo NUDO -que maneja la 132- y la empresa Microómnibus Tigre SA (MOTSA). En total, las tres empresas, dan trabajo a 8000 personas.

En 2016, la empresa inauguró una terminal en Barracas con mejoras para el mantenimiento de los 340 colectivos y nuevas instalaciones para los colectiveros. Dos semanas después, por un accidente que los trabajadores sostienen que se debió a las malas condiciones del elevador que puso la empresa, falleció David Ramallo.