Mario Quintana cedió ante la presión de Guillermo Dietrich y dio de baja la compra de 50 colectivos eléctricos que ya se había adjudicado en diciembre.

Como anticipara LPO, la adjudicación los colectivos eléctricos es una pelea entre el ministro de Transporte y su par de Ambiente, Sergio Bergman, que viene desde el inicio del mandato de Mauricio Macri y también se extendió a la frustrada compra de helicópteros hidrantes para combatir incendios.

En primer lugar, se iban a comprar 500 unidades, pero luego, por las trabas del titular de Transporte se licitó la compra de 50 colectivos por 35 millones de dólares.

Dietrich se convirtió en el ministro más poderoso y le habla de igual a igual a Macri. Fue justamente con el tema de los colectivos eléctricos que "Guillo" dejó boquiabierto al propio presidente.

En una reunión en la que ambos participaron junto a Bergman, Macri le pidió al ministro de Transporte que avanzara la licitación de los colectivos. "No, ni en pedo", le respondió Dietrich y luego de decirle que en el país no había energía como para mantener un proyecto semejante, se paró y se retiró del encuentro. Luego de la sorpresa, Macri le dijo a Bergman: "Vos avanzá igual".

La licitación, que lanzó el ministerio de Ambiente como prueba piloto para cuatro ciudades -Buenos Aires, Neuquén, La Plata y Paraná-, se resolvió el pasado 30 de diciembre a favor de la empresa china ByD, que es el principal proveedor mundial de baterías para celular y está logrando imponer a nivel global su bus eléctrico K9, con presencia en ciudades como San Pablo, Santiago de Chile, Londres, Barcelona y Bonn, entre otras.

Pese a que la comisión evaluadora de la licitación eligió entre 5 oferentes y dictaminó en favor de ByD, Dietrich siguió presionando para anularla, respaldado por el "cártel" de los transportistas.

Acosado por las presiones que le llegaban desde varios puntos del sistema, Bergman le pasó el conflicto a Mario Quintana, el vicejefe de gabinete.

Quintana entonces comenzó a pelearse con Dietrich por este tema, pero finalmente terminó cediendo y "suspendió" la adjudicación por tiempo indeterminado, una manera de liquidar la compra de los colectivos.

La polémica maniobra no sólo dejó heridos en el gabinete: los chinos enfurecieron una vez más con el gobierno de Macri.