Desde que esta mañana el jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció la división del ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas y el consiguiente pedido de renuncia al ministro Alfonso Prat Gay, las críticas por la profundización de la multiplicación de ministerios siguen sumándose.

En primer lugar, la crítica viene por la falta de consistencia entre el imperante de bajar el enorme gasto público y el aumento de erogaciones que implica la elevación de la Secretaría de Finanzas Públicas de Luis Toto Caputo al status de Ministerio.

En segundo lugar, porque con la salida de Prat Gay ya no queda ningún resquicio de la figura del ministro de Economía y, por consiguiente, mientras el ministro del Interior Frigerio dice que la obra pública en 2017 va a despegar, su par de Hacienda dice que se va reducir el gasto público, lo cual es incompatible y genera incertidumbre por falta de un mensaje único y consensuado respecto de un programa de políticas económicas, criticó el economista de Mariano de Miguel.

Al respecto, Julio Burdman de la consultora Analytica consideró en su boletín de este lunes que esta decisión va en línea con la preferencia de Macri por “ministros técnicos, gerenciales, que implementan las directivas que le son encomendadas desde la mesa chica de gobierno” y que “lo que probablemente deje este cambio sea un gabinete más homogéneo y alineado con la decisión presidencial”. De esta manera, el Ministro de Economía es el presidente y los hombres que responden a Marcos Peña, Gustavo Lopetegui y, en especial, Mario Quintana.

“La identidad de ese programa todavía está en construcción por dos motivos: en algunas áreas, el Gobierno no tiene decidido exactamente hacia dónde planea avanzar. Y en otros casos, las ideas no han sido comunicadas adecuadamente”, criticó la semana pasada en su columna en La Nación el futuro ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

“En esta gestión no hay una voz unificada que responda esas preguntas claves (sobre la cuestión fiscal)”, había criticado Dujovne en línea con las críticas del ex secretario de Finanzas Públicas, Guillermo Nielsen, sobre la balcanización del ex Ministerio de Economía.

Al respecto, el ex presidente del Banco Central y correligionario de Nielsen, Aldo Pignanelli, señaló que le "preocupa" la fragmentación de la cartera de Alfonso Prat Gay porque "me parece arriesgado, y hasta ahora las divisiones no han dado resultado". 

"El proceso económico este año es un absoluto fracaso: caída de actividad, alta inflación, alto déficit fiscal, alto desempleo, altas tasas de interés, más deuda, atraso cambiario, es difícil encontrar un resultado macroeconómico a favor del gobierno y del ministro Prat Gay", analizó el exBCRA, quien consideró que el sucesor Dujovne es una “buena persona” con la que discrepa respecto de sus ideas.

Desde el FpV, el senador Juan Manuel Abal Medina también cargó tintas contra le decisión de seguir "debilitando la toma de decisiones de política económica al desarmar aún más el Ministerio". Ya a principio de año, Economía había perdido las carteras de Producción y Comercio; y el control sobre Energía, Industria, Agroindustria y Transporte.

El economista jefe de la consultora Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, también se sumó a quienes criticaron la nueva división del área económica dispuesta por Macri. El consultor consideró "inconveniente la decisión del Gobierno de seguir dividiendo la responsabilidad en el manejo de la economía, al punto tal que ha desaparecido la figura del ministro del área".

"En la actualidad son muchas las áreas las que tienen repartida la gestión, circunstancia que redundará en una ardua y compleja coordinación del equipo económico", advirtió.

En ese sentido, puntualizó que "en una economía que presenta desequilibrios significativos, es necesario contar con una persona idónea que diseñe e implemente la política económica teniendo en cuenta una visión integral de la problemática".

"Se necesita un médico clínico que acierte en el diagnóstico y fije las prioridades antes de derivar al paciente a los especialistas", ejemplificó el economista quien subrayó que Prat Gay tuvo sus méritos al principio de la gestión que “permitieron al país volver a financiarse en los mercados financieros internacionales", aunque luego no lograra “encarrilar las cuentas públicas hacia un mayor equilibrio, tanto que este año tendremos un déficit superior al anterior y existen dudas en cuanto al cumplimiento de las metas fiscales para 2017".