Tras ser humillado por sus pares de bloque por no lograr que la reforma de Ganancias tuviera dictamen, Miguel Pichetto logró una moción de preferencia para tratar la semana que viene el proyecto aprobado de Diputados, con o sin dictamen de comisión. 

El planteo permitiría aprobarlo con mayoría simple, aunque algunas autoridades del Senado insistían en que también eran necesarios los dos tercios para votar porque sólo se había votado la preferencia, un debate que el Gobierno podría evitar si antes del miércoles logra acordar un proyecto común. 

Habría un antecedente clave: la moción fue aprobada por dos tercios y sobrarían antecedentes que, en esos casos, el proyecto puede aprobarse con la mitad más uno de los presentes, un número que el FpV-PJ garantizaba hasta el lunes. 

Pichetto logró aprobar en el recinto una moción de prrefrencia para tratar ganancias que le permitiría al peronismo aprobar la semana que viene el proyecto de Diputados con mayoría simple. 

Los senadores oficialistas creían saldado el asunto con el respaldo de gobernadores y ministros de Economía provinciales, pero no contaban con una rebelión que obligara a Pichetto a doblar la apuesta. 

Como explicó LPO, el jefe de la bancada mayoritaria sufrió anoche una dura represalia de sus pares, cuando le reprocharon que cuatro senadores propios no habían firmado el dictamen de Ganancias como vino de Diputados: Juan Irrazabal, Carlos Espínola, Rodolfo Urtubey y Dalmacio Mera.

Los dos últimos son leales al gobernador de Salta, el principal opositor a la reforma de Ganancias de Diputados, y se comprometieron a presentar un dictamen de minoría que al menos valide el otro, porque sin un total de 9 firmas, ninguno se toma en cuenta. Los senadores del PJ entendían que sólo buscaba ganar tiempo.

Con su afán estadista, Pichetto intentaba poner calma con la promesa de la convocatoria amplia para debatir Ganancias, con gobernadores, sindicatos y legisladores.

Decía que lo había hablado temprano con Rogelio Frigerio, pero mientras hacía esas promesas, Marcos Peña paseaba por televisión informando mínimas reuniones de Gabinete.

El neuquino Marcelo Fuentes junto a Pichetto escuchan al radical Naidenoff.

Télam

En la mañana todo empeoró. Se cumplió el plazo para presentar dictámenes sin que ninguno de los cuatro ausentes presentara papeles y el único movimiento del Gobierno fue una conferencia de prensa de Marcos Peña y Rogelio Frigerio, en la que ni siquiera aventuraron una propuesta concreta.

Pichetto convocó a su bloque “urgente” al 2 piso del palacio, donde como nunca fue destrozado por sus pares. “Esto lo armaste todo vos para que ayer no haya dictamen. Lo arreglaste ayer con Frigerio”, lo acusó a los gritos la chubutense Nancy González.

Más fuerte fue la discusión que tuvo con el neuquino Marcelo Fuentes, quien fuera su mano derecha hasta el año pasado. Fuentes se molestó tanto que se fue y tras él otros 14 senadores le hicieron el vacío en la sesión.

La discusión más fuerte Pichetto la tuvo con el neuquino Fuentes, que era su mano derecha hasta el año pasado. El enojo llegó al extremo que fuentes y otros 14 senadores le hicieron el vacío en la sesión.

Antes le pidieron reemplazar en la Comisión de Presupuesto a Irrazabal y Espínola por José Mayans y José Alperovich, para de esa manera llegar con las 9 firmas. Faltaba que Mera y Urtubey cumplieron su promesa de presentar el suyo.

Los laderos del gobernador de Salta nunca presentaron nada pero pronto fue inocuo que lo hicieran: Gabriela Michetti le aclaró a Pichetto que no aceptaría cambiar miembros de la Comisión a esta altura del año.

“Entonces tratémoslo sobre tablas”, le exigieron 14 senadores del PJ a Pichetto, quien, golpeado como pocas veces, prefirió una estrategia tal vez más fructífera, como garantizar el tratamiento del proyecto de Ganancias consensuado por Massa y Bossio la semana próxima.

O sea, si el Gobierno tiene alguna propuesta deberá lograr una mayoría en el Senado que modifique el aprobado por la oposición de Diputados. “Igual, con las provincias mineras dispuestas a rechazarlo, no vamos a llegar a mayoría”, se lamentaban algunos peronistas.

Fue también un quiebre con Urtubey, quien en esta pelea juega su interna con Massa y creía tenerlo como su ladero predilecto. 

En Cambiemos se sorprendieron. “El problema de Pichetto es que quiere reuniones multitudinarias y no se puede avanzar con todos juntos”, se lamentaban. Para ayudarlo, le prometían una reunión con todos los jefes de bloque el lunes a las 11, cuando, suponen, ya debería haber un arreglo con la CGT que afloje a su bloque.

Pichetto usó esa promesa para, esta vez en el recinto, pedir votar el proyecto con mayoría simple la semana próxima. "No podemos eludir un tema de una gran importancia política. Estamos esperando una propuesta seria, mejor que la del Ejecutivo, que tenga en cuenta a los trabajadores", señaló.

"Antes del miércoles que viene debe haber un consenso entre los trabajadores y gobernadores, ponemos esa fecha para que el Senado pueda tomar una decisión y Diputados llegue a aprobarlo antes de fin de año, con un gran consenso entre todos los bloque" continuó Pichetto.

Propuso el tratamiento con despacho de comisión o sin despacho del proyecto con media sanción de Diputados "si no hubiera un camino alternativo ya trazado y definido que permita alentar las posibilidades concretas del acuerdo" afirmó.