El Gobierno obligó  a la oposición a avanzar con su proyecto para reducir las comisiones de las tarjetas en un porcentaje menor a lo que había planteado el que ya había sido aprobado en el Senado. 

Como adelantó LPO, el inesperado aliado fue Osvaldo Cornide, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), quien ayer envió a sus promotoras a repartir panfletos que acusaban a Sergio Massa de querer frenar la ley, reclamada por el comercio minorista. 

Sin embargo, el proyecto del Senado, aprobado por unanimidad,  había sido impulsado por el massista Alfredo Luenzo y era bastante más duro: bajaba las comisiones de 3 a 1,5% en las tarjetas de crédito y de 1.5% a 0 en las de débito.

El impulsado y finalmente dictaminado esta tarde, presentado por los macristas Daniel Lipovetzky y Eduardo Amadeo, baja a 2% las comisiones para crédito y a 1% las de débito.

Pero la presión de la Came desconcertó a la oposición, sobre todo cuando Lipovetzky y Amadeo, a cargo del plenario de las comisiones de Finanzas y Legislación General, sólo incluyeron en suyo en el temario. 

No fue una jugada inocente: si devolvían el del Senado con cambios, la mayoría opositora podía insistir con dos tercios en su versión original, que el Gobierno y los dueños de las tarjetas consideran confiscatorio. 

Desconcertado, el kirchnerismo casi deja la sesión sin quórum, pero finalmente aparecieron y Amadeo sugirió dejar el debate para otro momento, muestra de que al Gobierno no le interesaba mucho esta ley. 

“Vamos a tratarlo, el FPV quiere tratarlo” aclaraba Kicillof, mientras Amadeo le explicaba que el reglamento no permitía la reunión por no llegar al quórum a tiempo. El presidente de Finanzas leyó los presentes a las 11:30, horario límite, e hizo hincapié en la ausencia de los diputados del FpV.

“Echarle la culpa al FpV es una canallada, nosotros estamos acá y queremos tratarlo” le respondió el ex ministro de economía. Amadeo se negaba a quebrar el reglamento, hasta que finalmente expresó que accederían a debatirlo, “aunque no es lo correcto” afirmó.

Resignado, todos los bloques opositores debieron acompañar el texto de Lipovetzky y Amadeo en disidencia, pero prometieron cambios en el recinto. 

"Ayer a la noche recibimos el proyecto, no pudimos ni leerlo, pero vamos a acompañar”, se lamentó Kicillof. Si no emitían dictamen, las comisiones de las tarjetas no se modificarían hasta el año que viene, hoy es el último día para dictaminar. 

Varios diputados plantearon que eso puede demorar varios meses, algo que no hubiese ocurrido si hoy se trataba el proyecto del Senado.

Al ser el último día para dictaminar, la mayoría de las comisiones tenían reunión previstas para tratar temas que de otra manera no podrán sancionarse hasta el año que viene. Lógicamente, había muchas simultáneamente.

Encima, debido a la superposición de las comisiones y el deseo de participar en varias, Amadeo propuso simplificar el debate y pasar directamente a la firma del dictamen.  “Debe ser un récord, es un proyecto presentado anoche y hoy sin debate lo aprobamos”, lo increpó Kicillof. 

“Buscamos consenso para este proyecto”, lo increpó Lipovetzky. Kicillof lo volvió a interrumpir para aclararle que “no lo vi en mi vida”. Claro, nunca suelen hablar con él para buscar mayoría. 

Cornide llamó a la unidad. “Sale esto o no sale nada”, dijo, pero aclaró que  prefería el del Senado, que por error u omisión estaba boicoteando.  

Además de las reducción de las tarjetas de crédito a 2% y débito a 1%, el nuevo proyecto indica que "la autoridad de aplicación tendrá la facultad de regular la Comisión o Arancel, la Tasa de Intercambio y la Tasa de Adquirencia, con el objetivo de brindar mayor transparencia al sistema y favorecer a la competencia".

En otro artículo del dictamen los diputados proponen modificar la ley para que sea el titular de la tarjeta quien "comunica su voluntad de finalizar la relación contractual en cualquier momento, a opción del titular, en forma presencial, por instrumento privado de fecha cierta o por mecanismos electrónicos de comunicación".

El texto también contiene cambios para dar mayores facultades a los usuarios de tarjetas y regular la gestión de las empresas emisoras y los bancos.