Editorial
Seamos claros con las reglas para el shale
Por Jorge Brillo
El presidente de YPF, Miguel Galuccio, ha manifestado que las empresas petroleras necesitan reglas claras, estabilidad legal y fiscal y transparencia. Pero ha enfocado mal el tema.

En diversas oportunidades, el presidente de YPF, Miguel Galuccio, ha manifestado que las empresas petroleras necesitan reglas claras, estabilidad legal y fiscal y transparencia, e infiere que la nueva ley de hidrocarburos apunta a brindar ese marco.

Además, ha comparado a YPF con las demás empresas petroleras, indicando que su empresa tiene un nivel de compromiso con el país que no es el de cualquier otra compañía, que, como operadores son mejores que sus competidores, que tienen mejor gente, que invierten más y tienen resultados más interesantes.

Si habla Galuccio de reglas claras ha enfocado mal el tema, cuando viajó a Malasia y acordó con la firma Petronas la exploración del bloque La Amarga Chica, lindero a Loma Campana, área que comparte con Chevrón, dejando afuera de las negociaciones a la provincia del Neuquén - dueña del área -, decidiendo, por sí mismo, que la empresa neuquina G&P no debe participar en la concesión - tiene el 10% del área - , obligándola a vender su parte, definiendo plazos de concesión, restringiendo regalías, impuestos provinciales y tributos municipales - todas atribuciones provinciales y municipales. El sueño de Galuccio hecho realidad; su deseo de un marco para los hidrocarburos, con una Ley aún no aprobada, aplicado a un proyecto concreto, colisionando a su paso con fuertes conceptos constitucionales y legales, a diestra y siniestra, sin ninguna inhibición. Me pregunto cuál es su concepto sobre las reglas claras.

Las reglas claras, la estabilidad legal y fiscal no pasan por restringir potestades a los gobiernos provinciales y locales, como pretende el Gobierno Nacional, sino pasan por establecer un buen escenario macroeconómico, estable y previsible, capaz de garantizar reglas claras y equitativas para todas las empresas que quieran invertir en el desarrollo de nuestra riqueza hidrocarburífera, que es cierta y tangible.

Pasan por establecer precios para el gas y el petróleo en las cuencas de producción capaces de movilizar los recursos convencionales y no convencionales, compatibles con los valores internacionales y de importación, con una fuerte definición del Gobierno Nacional de priorizar nuestra producción por encima de los negocios de importación de gas, petróleo y combustibles. Siguiendo los postulados de Miguel Galuccio serían hasta grotescas las disposiciones de la Secretaría de Energía que hoy fijan, sin jerarquía y estabilidad, los precios del gas en las cuencas productoras (Res SE. 226/2014) y demás normas que complementan con subsidios los precios en Boca de Pozo para el shale gas (Regimen Gas Plus).

Pasan por fijar una política cambiaria única y previsible en el mediano plazo. A ninguna empresa se le ocurriría hoy ingresar fondos para inversiones o financiamiento de proyectos con la brecha cambiaria existente. Por mucho menos, la empresa Vale Do Río Doce abandonó su proyecto de potasio al sur de Mendoza y norte de Neuquén.

He bregado para que estas cuestiones queden claramente establecidas en la nueva Ley de Hidrocarburos, así como aspectos sobre las inversiones externas, de cualquier origen que tienen que ver con la remisión de utilidades, las retenciones a las exportaciones y la implementación de una paulatina y restrictiva política de importación energética. Así como también el otorgamiento de incentivos fiscales y facilidades aduaneras que favorezcan la incorporación al país de equipamiento, tecnologías y conocimientos sobre temas vinculados al shale y otros recursos hidrocarburíferos.

Una última reflexión sobre la posición dominante y casi exclusiva de YPF y sus socios en las inversiones en recursos no convencionales, particularmente en la Cuenca Neuquina, donde la producción de shale oil en la realidad, sólo sobrepasa el 4 % del petróleo producido en el país, con una participación de YPF en la actividad de casi un 90 %. El Ministro de Economía de la Nación, Axel Kiccilof, es uno de los integrantes del Directorio de YPF y le resuelve a Galuccio gran parte de los problemas macroeconómicos expuestos. Esta posibilidad no la tienen las empresas privadas que participan en el sector. Me parece que estamos lejos de las reglas claras que exige el Presidente de YPF para todas las empresas petroleras.

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