Meses atrás Cobos, Sanz, Binner y Alfonsín, por separado o juntos sonaban muy fuerte como candidatos presidenciales de diferentes espacios. Con más o menos votos, todos tenían una imagen proba y sin fisuras ante la gente.

Hasta se escuchaba decir en los pasillos políticos, que si el peronismo no se unía podía perder las elecciones, por primera vez en muchos años. Si bien ninguno de ellos superaba los 10 puntos, en intención de voto, una alianza que mostrara que es posible una coalición fuerte y sin acusaciones de corrupción, podría ser una amenaza para las intenciones electorales de otros candidatos.

Lilita y el Kirchnerismo vieron estas señales de alarma. Seguramente el gobierno acosado por los fondos buitres, el Juez Griesa y un dólar sin control necesitaban una acción que minara las fuerzas opositoras. Recordemos siempre que la muletilla de la Presidenta para la oposición fue: “que se unan, armen un partido y ganen las elecciones”. Ese imposible parecía cercano a concretarse. Desde el gobierno urdieron un plan para detenerlos. Lilita seria el agente encubierto del que nadie podría sospechar.

Carrió por su parte, propuso una iniciativa que termino concretándose: primero UNEN y después FAUNEN. Luego de un tiempo de militar pacíficamente junto a Pino Solanas en ese espacio, rompió con todo, poniendo como factor de detonación una alianza con el PRO de Macri.

¿Cuándo ocurrió esto?, exactamente en el momento que Sergio Massa comenzaba a tejer alianzas con dirigentes provinciales y esas alianzas mostraban redito electoral. Massa ya no era una promesa, empezaba a mostrarse como un líder dialoguista y con capacidad política fuera de la provincia de Buenos Aires.

Seguramente muchos nos preguntamos: ¿Porque Lilita saldría un día con los tapones de punta acusando a Cobos y otros dirigentes, incluyendo a Sergio Massa, de Narcotraficantes? ¿Si tenía pruebas de estas actividades narcos porque nunca las presento a la justicia?

Porque en el imaginario popular en política de todo se puede volver, pero la sospecha de narco siempre quedará como un manto gris en el subconsciente popular. Sino pregúntenle a Eduardo Duhalde porqué nunca perdonó a Carlos Menem cuando este, para potenciar a De la Rua, le dio fuerza a esos rumores contra el candidato a presidente de Lomas de Zamora.

¿A quién le servía que FAUNEN estallara?

Al kirchnerismo, porque con una oposición divida la imagen de Cristina Fernandez de Kirchner sube. Parece imposible pero los argentinos cuando vislumbran un horizonte inestable acuden “al malo conocido que Massa por conocer”

¿A quién le servía que FAUNEN no se uniera a Macri?

A Lilita porque para ella era más fácil poder negociar un rol de importancia en el armado PRO, que no puede tener, debido a la mínima confianza que infunde en el electorado un país gobernado para la diputada chaqueña.

¿A quién le servía que FAUNEN no se uniera a Massa?

Al kirchnerismo, porque si se concretaba esa alianza a nivel nacional, el diputado de Tigre tendría el armado territorial, que lo consagraría como Presidente de la Nación.

Un FAUNEN desunido, un Massa acusado de Narco y un Macri con su indefinición intelectual era el escenario ideal para el kirchnerismo en su afán de perpetuarse, testaferro mediante, en el poder.

Quien podría concretar dicha operación sin que nadie señalara al oficialismo: Elisa Carrió. Con su mensaje psicopático y apocalíptico sobre la honorabilidad de las personas, puso la semilla, la hizo germinar y un día vino con su dialéctica santurrona, y en vivo por TN, concretó el máximo sueño K.

Pensar que Lilita hizo todo eso por locura o inestabilidad emocional, seria pecar de una ingenuidad política extrema. Atrás se ven los hilos y los fondos del gobierno nacional. Lilita actúa por expreso pedido. No por iniciativa propia.

Malena Galmarini, expresó en el programa de Mirtha Legrand: “Carrió es funcional al Kirchnerismo”. Su diplomacia política no le permitió decir claramente que la dueña de la muñequita “republiquita” no es más que un agente kirchnerista, disfrazada de desinteresada republicana que piensa en el bien común.

¿Una mercenaria? ¿O un favor a su amiga Cristina? El daño se hizo, ahora debemos seguir mirando como destroza al Macrismo. Es cuestión de esperar. En el medio, esta kirchnerista de la última hora, alimentara su show de pan y circo.

No olvidemos que, Elisa Carrió, allá por el 2003, fue una de las voces que se alzó con más fuerza pidiendo el voto a la ciudadanía para Nestor Carlos Kirchner.