Nuevas tecnologías
Pokémon Go entra en acción… política
Por Antoni Gutiérrez-Rubí
Como era de esperar, la política no podía ser indiferente al fenómeno del juego móvil más descargado de la historia.

Pokémon Go se ha convertido en el juego móvil más descargado de la historia con 130 millones de descargas durante el primer mes de su lanzamiento. También en el más lucrativo en su inicio, al conseguir 206 millones de dólares en ganancias y dos millones de dólares diarios en Estados Unidos. En total, ya lleva batidos cinco récords Guinness.

Es, sin duda, el juego móvil con mayor número de usuarios de la historia. En Estados Unidos se estima que hay entre 30 y 40 millones de jugadores, aunque en las últimas semanas el número de usuarios activos haya caído 4,26 puntos porcentuales. Tal es su éxito que el tiempo medio de uso (33 minutos y 25 segundos) ha superado a Facebook (22 minutos y 8 segundos) y Snapchat (18 minutos y 7 segundos), según cálculos de Sensor Tower, compañía proveedora de datos sobre aplicaciones móviles.

Como era de esperar, la política no podía ser indiferente a este fenómeno. En julio, durante un mitin de campaña en Virginia, Hillary Clinton bromeó sobre el juego: «no sé quién lo creó, pero estoy tratando de hacer que los Pokémon Go vayan a las urnas». El comentario despertó algunas parodias y críticas, pero dentro del partido fue un clic para comenzar a considerar al popular juego dentro de la estrategia de movilización. En este contexto, el 16 de julio, en Ohio, se hizo la primera «pokejuntada política». En la página del evento se leía: «Únete a nosotros en la pokéstop de Madison Park y pon un señuelo (Lure Module) para conseguir nuevos pokémon; además, podrás luchar mientras te registras como votante y aprendes más sobre la secretaria Hillary Clinton. ¡Los niños son bienvenidos!». Los organizadores adquirieron algunos señuelos extra para atraer más pokémon (y jugadores) (y votantes).

Del lado republicano, el 14 de julio, la página de Facebook de Donald Trump publicaba un vídeo en el que, emulando el juego, Hillary era un pokémon con la siguiente descripción: «A menudo se la encuentra mintiendo al pueblo estadounidense, manipulando el sistema y compartiendo correos electrónicos secretos».

Días después, el escenario de la Convención Nacional Republicana, que tuvo lugar en Cleveland, Ohio, del 18 al 21 de julio, se convirtía en un poke-gimnasio, tratando de captar mayor interés en el evento en el que se nominó formalmente a Donald Trump. Sin embargo, según se relata en The Guardian, los asistentes, finalmente, parecían más interesados en cazar pokémon que en escuchar a los delegados republicanos. También la Torre Trump, ubicada en pleno Manhattan, se convirtió en una popular parada para los entrenadores de pokémon.

En Argentina, aunque el juego lleva menos tiempo (se lanzó oficialmente a principios de agosto), también se observan algunas aproximaciones políticas y sociales interesantes. La municipalidad de La Plata organizó una jornada de concienciación sobre el uso de Pokémon Go; el director de Juventud Municipal, Agustín Scotti, explicaba: «quisimos que los fanáticos de la aplicación se acerquen e interactúen, con el objetivo de realizar una concientización sobre el uso de las nuevas tecnologías y redes sociales que día a día nos acompañan». Y el pasado 18 de agosto, el partido Libres del Sur y la diputada nacional, Victoria Donda, organizaron una «Pokejuntada Solidaria» con el objetivo de recolectar donaciones para un centro de asistencia social.

No obstante, el caso más destacado, hasta el momento, en relación a la utilización de Pokémon Go en comunicación social y sensibilización es la campaña de la oficina de medios de las Fuerzas Revolucionarias de Siria (RFS, por sus siglas en inglés). «Ven a buscarme y sálvame», se lee en algunos de los mensajes difundidos, acompañados del hashtag #PrayForSyria. El tuit que muestra a Pikachu llorando junto a un niño sirio ya ronda los 1.700 retuits.

Todos estas son aproximaciones a los votantes o ciudadanos más jóvenes, a los millennials —los nacidos entre 1982 y 1998— y a los «zetas», nacidos después de 1994. Dos generaciones políticamente independientes, con altos niveles de desencanto y desafección. Los partidos políticos encuentran grandes dificultades para seducirles y sumarles a sus actividades y necesitan desarrollar estrategias alternativas y creativas si quieren atraer su atención. 

Además, Pokémon Go, al ser el primer juego popular de realidad aumentada, está devolviendo a los niños y adolescentes a la calle. Los más jóvenes vuelven al espacio público después de algún tiempo de reclusión en la esfera privada. Hemos pasado de las consolas en el sofá a los móviles en la calle. La acción política debe sacar provecho de esta reapropiación —mediatizada por la tecnología— del espacio público. Pokémon Go, aunque pueda no parecerlo a simple vista, es también una oportunidad para la política.

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