El PRO tiene los votos del kirchnerismo para aprobar la modificación del convenio del juego que acordó Mauricio Macri con Lotería Nacional, que consagra una de las más grandes resignaciones de cobrar impuestos de las que se tenga memoria en beneficio del zar del juego kirchnerista Cristóbal López.

Este polémico empresario se ahorrará unos 2.000 millones de impuestos atrasados gracias a la generosidad de Macri y los legisladores del kirchnerismo justo cuando la Ciudad no tiene empacho en aplicar fuertes subas al ABL, peajes, subtes y demás tasas y tarifas que pagan los ciudadanos de a pie.

La maniobra se consagrá en la misma sesión que ejemplifica la defección de una tanda
de legisladores opositores que acambios de cargos en distintos organismos entraron en negociaciones cruzadas para votarle al macrismo todo lo que le pedían, tal como anticipó LPO.
 
La de mañana será la última sesión de un puñado de legisladores que le aportaron picante a las sesiones de los últimos años. Tal es el caso de Juan Cabandié, María José Lubertino, Fernando Sánchez, Rafael Gentili y Fabio Basteiro.

Cabandié se despedirá de la Legislatura votando junto al PRO el polémico proyecto para modificar el convenio entre Lotería Nacional y el Instituto del Juego porteño para que Cristóbal López le page un canon mayor a la Ciudad del que le paga actualmente, que es de 350 millones de pesos.

Como anticipó este medio, Macri envió semanas atrás a su socio Nicolás “Nicky” Caputo y al apoderado del PRO, José Torello, a negociar con el zar del juego, que le extendió una serie de exigencias para modificar el convenio, por el que a partir de la semana que viene le dejará 300 millones de pesos adicionales a la Ciudad.

Pero lejos de ser un triunfo para la Ciudad es una rendición en toda la líena. Con el nuevo convenio, Cristóbal seguirá estando exento de pagar impuestos a los ingresos brutos. Según señaló al diario Perfil el presidente del bloque de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, “en los últimos cuatro años sólo de Ingresos Brutos se podrían haber cobrado entre $ 800 y $ 1.000 millones”.

Reforma complicada

Otro de los temas relevantes que el PRO intentará resolver en la sesión de mañana es el de la reforma política que incluye la implementación de la boleta única y las primarias abiertas (Paso) para la Ciudad.

El PRO consiguió el jueves pasado los votos de Unen para habilitar el tratamiento sobre tablas del proyecto de boleta única, aunque aplazó su sanción para mañana, puesto que algunos legisladores de la oposición pedían incluir en el paquete a las Paso porteñas.

Si bien el propio Macri accedió a incluir las Paso porteñas en el paquete de la sesión de mañana, en el bloque macrista no dan por segura la aprobación de estos dos proyectos de reforma política.

Es que incluso dentro del PRO hay diferencias en cuanto al proyecto de las primarias, pese a que el propio Macri pidió luego de la sesión del jueves que la incluyeran en el temario, sobre todo en el sector de Horacio Rodríguez Larreta. Es que el jefe de gabinete cree sus chances de llegar a la jefatura de gobierno se reducirán con una interna abierta contra Gabriela Michetti. No es casual que el proyecto esté trabado hace casi un año y medio.

Como sea, el bloque oficialista tendrá que conseguir los votos esta madrugada si no quiere provocar el enfado de Macri, que pidió que le aprobaran la reforma tras su encuentro de la semana pasada con el jefe de gabinete, Jorge Capitanich.

Por otro lado, el PRO aún no tiene los votos para autorizarle a Macri la construcción de un shopping en el barrio de Caballito, un proyecto que iba a ser tratado el jueves pasado pero que no tuvo el consenso de la oposición, como en las dos veces anteriores en las que lo envió el jefe de gobierno.

Además, en la misma sesión en que se repartirán cargos entre varios bloques y en la que siete legisladores conseguirán un lugar en varios organismos públicos, la Legislatura tratará un texto consensuado para sancionar una ley de ética pública.

En tanto que el jueves 12 se realizará la última sesión del año para designar a los legisladores integrantes de la Sala Acusadora y la Sala Juzgadora, una conformación que será clave para Macri para evitar un juicio político.