Relegado a un cuarto lugar según las encuestas de opinión de cara a los comicios del próximo domingo, Francisco De Narváez ve al ministerio de Seguridad bonaerense como el lugar desde donde comenzar a rearmar su poder y su futuro político.

Los rumores de una posible salida de Alejandro Granados de esa cartera, reinstalados en las últimas horas por su hermana, la massista Leonor Granados, entusiasmaron a un sector del denarvaismo que aseguran que el Colorado podría negociar con Daniel Scioli ese lugar en su gabinete.

“Mi hermano se va del ministerio después de las elecciones y volverá a ponerse al frente de Ezeiza”, dijo la senadora el jueves. El ministro mantiene el silencio, en rigor no hizo declaraciones desde que asumió en ese cargo. Desde el ministerio asegura que además del respaldo del Gobierno, también tiene el aval de Cristina Kirchner.

Quien salió a frenar los rumores fue el propio Gobernador. “Si hace horas estuvimos reunidos para ver cómo funciona el sistema de policías comunales en España es porque no estoy pensando en que se vaya”, afirmó en una entrevista a la agencia DIB.

Voceros del Colorado negaron de plano un posible desembarco en el Ejecutivo de Scioli. “Es una operación del massismo que tiene los mismos modos kirchnerismo y de los que todavía no pueden despojarse para intentar frenar el crecimiento de De Narváez de los últimos días”.

Con todo, en el denarvaismo ven una posibilidad en medio de un escenario para nada sencillo. De Narváez aspira en la elección del próximo domingo a retener el 10,5% de los votos que cosechó en las primarias de agosto. Aunque relegado a un cuarto lugar, ese porcentaje le permitiría seguir con un número de legisladores que sostengan su debilitada estructura.

Un ministerio sin fondos ni policías

Granados asumió a mediados de septiembre en el marco de un desdoblamiento del ministerio de Justicia y Seguridad. El ministro llegó con el valor de aplicar una “exitosa” política de seguridad en su distrito.

Sin embargo, de entrada se encontró con inconvenientes y trabas burocráticas. En una reunión del Consejo de Seguridad ampliado, planteó parte de esos inconveniente ante 25 legisladores provinciales, en su mayoría de la oposición.

Allí, Granados habló de subejecución del presupuesto y admitió que sólo cuenta con 32.000 efectivos. Además responsabilizó indirectamente a su antecesor Ricardo Casal.

Sus declaraciones generaron malestar en el gabinete de Scioli. “Si hay alguien en la administración pública que conoce los resquicios del Estado, ese es Casal. Si los fondos no están es porque no hay dinero, no porque no se ejecute”, explicaban fuentes del sciolismo furiosos con el ministro.

Como punto a favor, el hombre fuerte de Ezeiza tiene el aval de los intendentes. Con todos viene manteniendo reuniones para avanzar en las Policías Comunales.

Con todo, Granados avanza en la aplicación del Sistema Integral de Prevención en distintas ciudades de la Provincia. Ya se lograron avances en los distritos de La Plata y Florencio Varela.

Pero el problema es que el sistema cuenta como base los aportes de los propios municipios. En La Plata, Pablo Bruera aportó 40 motos y vehículos propios que, sin las características de un patrullero, son conducidos por un trabajador municipal junto a un agente policial.

Casi sin fondos, Granados les pidió a los intendentes que si quieren patrulleros sean ellos quienes paguen el blindaje. En ese marco, el intendente de la capital provincial se hará cargo además del blindaje de unos 60 patrulleros.

"Granados está apostando a la relación muy cercana con los intendentes. El 70 por ciento de su tiempo se dedica a hablar con los intendentes. Es un trabajo de contención muy político que nunca se hizo en el Ministerio. ¿Quien va a hacer eso, De Narváez?", dicen desde esa cartera.