El juicio por las supuestas coimas en el Senado durante el debate por la reforma laboral de 2000 está a punto de caerse, luego que hoy el abogado del arrepentido Mario Pontaquarto pidiera su absolución ante el Tribunal Oral Federal 6, por no haberse comprobado ninguna de las acusaciones que realizó y que lo involucraban en la maniobra delictiva.

El abogado Wortman Jofre reconoció que no pudieron probarse ninguno de los extremos del testimonio de su defendido, pero pidió que se lo absuelva en base al "beneficio de la duda".
“La confesión de nuestro pupilo ha carecido de un correlato de evidencia”, por lo que ”no hay pruebas para condenar” a los acusados dijo el abogado al leer su alegato ante el Tribunal Oral.

El abogado dijo que su defendido espera ahora la "benevolencia” de la Justicia y  destacó que Pontacuarto “no estuvo obligado a decir la verdad” por encontrarse bajo amparo del articulo 18 de la Constitución Nacional, que exime a los acusados de un delito de declarar en contra de si mismo. Maniobrando en una línea muy fina, Wortman Jofré intentó exculpar a su defendido de sus propios dichos -que quedaron en la nada- definiendo su actitud como “una autoimposición pero no una prueba en sí misma” de los hechos confesados.

El juicio seguirá el martes con el alegato de la defensa del ex presidente Fernando De la Rúa y luego será el turno de los abogados del ex jefe de la Side Fernando De Santibañes y el resto de los senadores procesados por el juez federal Daniel Rafecas.

Rafecas basó su acusación en el relato del ex secretario Administrativo del Senado, quien en diciembre de 2003 se presentó ante la Justicia como un arrepentido y dijo haber entregado el dinero para que los senadores peronistas que aprobaron la reforma.

El juez se basó en el registro de llamadas telefónicas para comprobar la ubicación de los senadores el 26 de abril de 2000 -apelando a la detección de las antenas en las famosas células repetidoras de señal de las compañías de telefonía móvil-, cuando según su propio relato Pontaquarto pagó 5.000.000 de pesos en un maletín, una valija y una caja de cartón que había retirado de la Side.

Sin embargo, el Tribunal comprobó que los registros telefónicos no son precisos porque apenas muestran la ubicación de los celulares en un radio de varias cuadras. Tampoco hubo pruebas de que el dinero haya salido de la Side, según las distintas pericias contables que se realizaron.

La sentencia será en diciembre pero se estima que caídas las pruebas el juicio no tiene razón de ser y los procesamientos que dispuso Rafecas quedarán nulos.

Por eso, el mayor complicado será Rafecas, a quien el Tribunal podría recusar ante el Consejo de la Magistratura por su actuación, en un caso similar al de los jueces Hernán Bernasconi o Juan José Galeano, que tuvieron a su cargo causas de gran impacto mediático y luego se confirmó que se habían sostenido acusaciones y procesamientos en prueba débiles o directamente fraguadas.

El juez no quedó en buenos términos contra el Gobierno luego de avanzar en las denuncias contra Amado Boudou y antes ya había perdido sus relaciones con el radicalismo por su actuación en esta causa.