Preocupado por el déficit de turismo, el gobierno esperaría a que pasen las elecciones para aumentar al 35% el recargo para el consumo con tarjetas en el exterior. Es que en el primer semestre el déficit de esa partida siguió agudizándose, alcanzando los U$S3.500 millones, duplicando el registrado en el 2012 y superando el registrado en la cuenta energética.  

Los rumores que circularon por estos días hablaban de una suba en el recargo del 20% actual al 35%, después de que el Banco Central dio a conocer la preocupante dinámica de sus cifras.

La idea inicial que barajaba el equipo económico era discriminar los gastos según su rubro y aplicarles diferentes porcentajes: uno de recargo para hospedaje, otro para comida, otro para pasaje, y así para cada tipo de gasto que se hiciera en el exterior con tarjeta.

Desde ya que una tarea así implicaba un esfuerzo descomunal y por eso el gobierno había decidido encomendarles la implementación a las compañías que operan las tarjetas de crédito, que lógicamente rechazaron la propuesta.

La discusión giraba en torno a este punto cuando el titular de la Afip Ricardo Echegaray fue al canal de noticias TN, luego del anuncio por el aumento en el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. En su visita a la señal del grupo Clarín el funcionario negó “categóricamente” que vaya a habar un aumento en las recargas a las compras con tarjeta en el exterior.

Sin embargo, todo indica que la decisión de avanzar con el 15% ya está tomada y es sólo cuestión de tiempo para que se implemente. Las versiones que circularon señalaban que se esperaría para después de las elecciones de octubre.

En diálogo con LPO, el economista jefe de Abeceb Mariano Lamothe, consideró que el gobierno “algo va a hacer, porque al ritmo que están saliendo las divisas no les queda otra”. Según Lamothe, en el primer semestre se fueron U$S3.500 millones vía turismo, duplicando así lo registrado en el mismo período del año pasado, que cerró en diciembre en U$S4.700 millones.

Además, la cifra supera el déficit de la balanza energética, que llegó a los U$S3.300 millones en los primeros seis meses y es una de las causas del achicamiento en el superávit comercial, que motivó el control de las importaciones de Guillermo Moreno.

“El gobierno tiene que hacer algo para atacar la oferta, no sólo la demanda”, precisó Lamothe. El analista explicó que los controles van destinados a encarecer los viajes al extranjero en donde se paga $6,80 por dólar, pero quienes visitan el país reciben sólo $5,65 por cada billete verde, motivando así a que los dólares fluyan al mercado paralelo, en donde cotiza a $9.

En ese sentido, una medida a tomar sería poner un dólar turista más caro no sólo para los que viajan afuera sino para los extranjeros que ingresan, que podrán consumir en la Argentina más barato de lo que lo hacen ahora.

Por otro lado, Lamothe sostuvo que “es muy difícil hacer un análisis” del impacto que tendrá una suba en los recargos, pero que “obviamente afectará”.

Lamothe contó que el problema es que los turistas ven que viajar el exterior les resulta más conveniente que veranear dentro del país, porque aquí tienen que pagar al contado y los costos aumentan al ritmo de la inflación o incluso más, mientras que los paquetes turísticos al extranjero pueden pagarse en cuotas en pesos a tasas fijas, y su precio en dólares no aumentan con tanta fuerza.

“Todos esperan una medida de este tipo para después de octubre y por eso hacen estos gastos, que son como comprar poder adquisitivo en dólares”, concluyó el economista.