La Cámara de Diputados aprobó ayer la ampliación de la participación argentina en el FMI, que le permitirá hacerse al gobierno de 1600 millones de dólares en concepto de giros si Estados Unidos lo autoriza. Fue anoche, antes de terminar la sesión por la reforma judicial, en un intento por que pase desapercibido.

La excusa que brindó el oficialismo fue que de esta manera aumentaría el peso de los países emergentes en las decisiones del organismo de crédito internacional. Y que no implicará costo alguno para el país porque no se utilizan reservas.

Desde la oposición cuestionaron la propuesta, argumentando que se estaba brindando un aporte mayor a una organización que seguía recomendando recetas de ajuste y que se contradecía con el discurso oficial. Recordaron las críticas que siempre hace Cristina al FMI en sus discursos, y que los fondos se usarían para financiar a los países desarrollados, sumergidos en una crisis sin precedentes.

Sin embargo, fue el diputado por la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay quien consiguió dar en la tecla acerca de los verdaderos motivos que llevaron al gobierno a impulsar esta iniciativa. El ex presidente del Banco Central contó que si Estados Unidos lo aprueba, con esta jugada el stock de reservas se vería incrementado en 1.600 millones de dólares. Toda una ayuda si se tiene en cuenta que ayer las reservas del Central cayeron por debajo de los U$S40 mil millones, la cifra más baja en casi seis años.

En ese sentido, el legislador advirtió que la cuota se ampliará solamente en términos nominales, pero que la participación en el fondo en realidad caerá del 0,88 al 0,67 por ciento. "Continuará siendo insignificante", sostuvo. Y agregó que sólo tres países tuvieron un aumento tan chico de su cuota como la Argentina.

El argumento del kirchnerismo

Esta movida refleja la desesperación del gobierno por la caída en las reservas internacionales. Pero el kirchnerismo la disfrazó como un supuesto instrumento para que los países emergentes logren un mayor peso en las decisiones del FMI, en sintonía con el papel que actualmente juegan en el PBI mundial.

Según argumentó el diputado oficialista Roberto Feletti, la medida busca “aumentar la capacidad de préstamo del organismo, del cual afortunadamente la Argentina no es sujeto de crédito”. Este primer punto ya plantea una contradicción. ¿Por qué aportar más dinero a un organismo que después no le presta al país?

Feletti continuó con su exposición y aseguró que la ampliación de la cuota permitirá “reconocer el mayor peso específico de los países emergentes dentro del organismo”.

“Va a arrojar un cambio en la composición relativa del organismo y también en su forma de gobernabilidad”, esgrimió el legislador kirchnerista.

Feletti sostuvo que así el bloque de países conocidos como BRIC (Brasil, Rusia, India y China) “va a alcanzar una participación del 14,76 por ciento en el organismo, que sumada al 1,59 por ciento que alcanzaría la silla que integra la Argentina con otros cinco países de la región sudamericana, estaríamos ante un grupo de países emergentes con capacidad de veto de algunas de las decisiones del Fondo Monetario Internacional, al superar el 15 por ciento de participación en el organismo”.

“El incremento de la cuota argentina no tiene efectos monetarios en las reservas internacionales ni en las cuentas fiscales”, detalló el diputado. Informó que la cuota anual de la Argentina se incrementa a 1.600 millones de dólares, lo cual implica una participación que subirá a “4.780 millones de dólares, o 3.187 millones de derechos especiales de giro”.

La intervención de Prat Gay

Después de varias intervenciones deslucidas de la oposición, en donde no lograron desentrañar el fondo del asunto, fue el turno de Alfonso Prat Gay, quien cruzó a su par Claudio Lozano del FAP por haber dicho que el país ponía reservas "por 375 millones de dólares”.

Prat Gay arrancó señalando que Feletti “simplemente dijo que aumentaba en valores nominales. Lo que no señaló es que la insignificancia de la Argentina en el Fondo será mayor y no menor, después de este acuerdo”.

“El Fondo aprobó una duplicación de su capital, y para el caso de la Argentina solamente hay un aumento del 50 por ciento de la cuota. De modo que si antes ya éramos insignificantes, ahora lo seremos más, independientemente de que Brasil multiplique la cuota por 2,6, Chile la duplique o Colombia la multiplique por 2,64. Solamente hay tres países en el mundo en los que la cuota aumenta tan poco como en el caso de la Argentina: Venezuela, Bolivia y Uruguay”, disparó el diputado por la Coalición Cívica.

“En el considerando número 2 se dice que el aumento del capital del Fondo Monetario Internacional será de 476.777 millones de derechos especiales de giro, cuando en realidad el aumento es la mitad de ese monto; el total del capital será de 476.777 millones de derechos especiales de giro”, corrigió Prat Gay, tras lo cual le aconsejó al gobierno que “contrate un buen traductor”.

El economista apuntó que “lo que pone es el 25 por ciento, pero recibe en derechos especiales de giro el equivalente al ciento por ciento. Por lo tanto, como ya ocurrió en 2008, efectivamente van a aumentar las reservas del Banco Central como consecuencia de este aporte de capital, siempre y cuando lo apruebe Estados Unidos”.

“Cuando aprueben lo que hoy estamos discutiendo, entonces sí la Argentina recibirá esos 1.070 millones de derechos especiales de giro, que equivalen aproximadamente a 1.600 millones de dólares. Por lo tanto, van a aumentar las reservas”, precisó el ex presidente del Banco Central.

“Entonces se le pide al Banco Central que aporte el 25 por ciento de las reservas contra una letra que nunca va a pagar el Estado nacional. A cambio reciben el ciento por ciento de las reservas para que luego el Tesoro Nacional –como es habitual haga lo que se le dé la gana con dichos fondos. Esto es importante aclararlo, porque de esta manera se entiende qué es lo que persigue el gobierno con esta modificación. No está buscando cambiar el Fondo Monetario Internacional, porque su cuota baja del 0,88 por ciento al 0,67; no está buscando ninguna cuestión heroica, como se manifiesta a veces; tampoco está buscando sanciones del fondo, sino simplemente tratando de manotear 1.600 millones de dólares para tener un mejor pasar a lo mejor hasta 2015, si Estados Unidos lo aprueba antes de ese año”, concluyó.