Según un trabajo realizado por IDESA, "la presión impositiva está en niveles récord. Considerando los impuestos nacionales y provinciales, la recaudación pasó, entre los años 2002 y 2012, del 19,9% al 36,7% del PBI".

"Más de un tercio del ingreso generado por el país es apropiado por el Estado, a través de los impuestos", explicó un informe de la consultora, al tiempo que recordó que de sumarle otros tributos municipales y la inflación, dicha presión impositiva trepa al 40% del Producto Bruto Interno.

“Este proceso responde a la creciente necesidad de recursos que demanda el vertiginoso aumento del gasto público. Prueba de ello es que el incremento de la presión tributaria se viene dando junto con la masiva apropiación de fondos del Banco Central, la ANSES y otros organismos del sector público. A esto se suma, en los últimos días, la sanción de un nuevo plan de facilidades de pagos para cargas sociales en situación de mora”, indica el informe.

Para IDESA “la particularidad no es tanto el nivel, que todavía sigue estando por debajo de varios países desarrollados, sino la velocidad y el tipo de impuestos a los que se apela para sostener el crecimiento de la presión impositiva”.

En ese sentido, sostiene que el Impuesto a las Ganancias explica un 21% del crecimiento de la presión; el IVA otro 22%; las cargas sociales un 31%; y el resto de los impuestos el 26% restante.

La consultora indicó que “estos datos muestran que más de la mitad del aumento sin precedentes de la presión impositiva estuvo basado en cargas sociales y otros impuestos altamente distorsivos y regresivos. Dentro de los impuestos distorsivos, el que más explica el aumento de la presión impositiva son las cargas sociales en contraste con el modesto aporte de IVA y Ganancias al aumento de la presión tributaria”. Más grave es que el aumento de las cargas sociales “al gravar los salarios, desalienta la creación de empleos formales”.

Comparado con la situación internacional, IDESA sostiene que en ningún país “la presión impositiva ha crecido tanto y tan rápido como en la Argentina, y con impuestos tan dañinos”. Los países desarrollados “basan su recaudación mayoritariamente en el IVA y el Impuesto a las Ganancias. Las cargas sociales tienen un peso marginal y son inexistentes el Impuesto a los Ingresos Brutos, a las exportaciones, a las importaciones y el Impuesto al Cheque”, agrega el informe.

Por esta situación, IDESA advirtió sobre "la necesidad de una profunda reforma tributaria". "Es imprescindible contar con un sistema tributario que priorice los incentivos a favor de la inversión, la innovación y la generación de empleos formales", completó.