La implementación del cepo cambiario trajo complicaciones a muchos sectores de la economía como la construcción, pero benefició enormemente a otros, sobre todo los que operan en la city porteña.

Es que ante la creciente brecha cambiaria no sólo los “arbolitos” y cuevas vieron crecer sus ganancias gracias a la disparada del dólar “blue” (que hoy llegó a los $8,10), sino también las agencias de turismo y aerolíneas, que incorporaron al precio de vuelos y paquetes la diferencia entre la cotización del oficial y el paralelo.

En septiembre del año pasado el gobierno dispuso un recargo del 15% en los gastos con tarjeta de crédito y débito que se realicen en el exterior o por internet. Como la Afip no tiene atribuciones para crear nuevos impuestos (ya que deben aprobarse por ley, es decir por medio del Congreso), el titular del organismo, Ricardo Echegaray, dispuso que la suma sería un “adelanto a cuenta” del impuesto a las ganancias.

Hasta el momento, las agencias de turismo, aerolíneas y portales dedicados al rubro podían seguir accediendo al tipo de cambio oficial y no habían sido alcanzadas por esta disposición. Pero hoy Echegaray anunció que el recargo se incrementaría hasta el 20% y ahora sí abarcaría a pasajes y paquetes turísticos. Por lo cual ahora los viajes al exterior saldrán un 20% más, que irá a parar a manos del fisco.

Pero lo cierto es que estas compañías ya habían incorporado en sus tarifas la diferencia entre dólar oficial y paralelo, sobre todo las aerolíneas. Si una persona compraba en la Argentina el mismo asiento, del mismo vuelo, en una misma aerolínea, tenía una tarifa mucho más cara en dólares que si se compraba en el exterior. Es decir, comprar el mismo pasaje por Lan Argentina sale más caro que hacerlo por Lan México.

Esa diferencia, curiosamente coincide con la brecha cambiaria, que ya supera el 50%.

Por lo tanto las empresas en ningún momento se resignaron a pesificar sus ingresos al valor oficial. Nunca se vieron perjudicadas por la pesificación forzada por el cepo, sino que incluso ganaron más porque aprovecharon para subir los precios en sintonía con el aumento en el valor del “blue”. Sin dar aviso alguno a sus clientes, se creó la ilusión de que el turista podía seguir comprando pasajes al valor del dólar que marca el Banco Central.