La interna entre las primeras espadas del socialismo santafesino sigue sumando entregas, en el estilo asordinado que cultivan en esa fuerza.

Esta vez, la intendeta de Rosario Mónica Fein, ensayó una desautorización muy explícita de los argumentos de sus líderes, Hermes Binner y Antonio Bonfatti, que condenaron públicamente el decreto de Cristina Kirchner que le permite asistir directamente a los municipios, puenteando a los gobernadores.

La secretaria de Hacienda de Rosario, Verónica Irizar, entregará el lunes próximo al jefe de Gabinete, Fernando Abal Medina, la solicitud formal para que le giren parte de los 6 mil millones que Nación distribuirá directamente a los intendentes.

A pesar que el ex gobernador y presidente del FAP, Hermes Binner, expresó que esta ayuda a los municipios atentaba “contra un país federal”, el socialismo rosarino prefirió no perderse en declaraciones y aprovecha el reparto.

Las diferencias entre Binner y Bonfatti con la gestión de Fein vienen sumándose día a día. Mientras que la intendenta convocó a la totalidad de los bloques del Concejo Municipal (entre ellos al kirchnerista y afines) para encarar políticas conjuntas para solucionar la grave problemática del narcotráfico, Binner y Bonfatti no dejan de responsabilizar a Nación cada vez que pueden.

Incluso, durante el papelón del frustrado clásico de Newells y Rosario Central, la Municipalidad de Rosario y el gobierno de Bonfatti intentaron echarse la culpa de los incidentes.

Más allá de las oscilaciones que el mismo Binner expresa en cada opinión, donde un día afirma que el problema del narcotráfico afecta solamente a 8 o 10 barrios de Rosario y al día siguiente que es un problema nacional, es claro que Bonfatti y Fein tienen un compromiso mayor: la gestión.

Y esto queda claro, cuando se observa como cambian las opiniones cuando los políticos están detro o fuera del gogierno. Luego del conflicto por la 125, el kirchnerismo empleó una estrategia similar.

Creó el “Fondo Solidario” donde coparticipaba el 30% de las retenciones entre las provincias. Por ese entonces, Binner, que estaba al frente de Santa Fe, junto a otros gobernadores que también se habían opuesto a la resolución, no tuvo pruritos a la hora de aceptar el dinero nacional.