Ni bien se inició el periodo legislativo del presente año 2012, La Política Online publicó un artículo en el que se destacaba que la Ley de Semillas y de Seguros Agrícolas serían las principales prioridades de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados.
En este sentido, a la hora de hacer un balance anual de los resultados, es posible afirmar que dicho cuerpo legislativo volvió a fracasar por tercer año consecutivo a pesar de que en este periodo el presidente fue el kirchnerista formoseño Luis Basterra.
Es que más allá de las buenas intenciones que tuvo Basterra para impulsar proyectos de utilidad para el sector agropecuario, lo cierto es que el debate político éste año estuvo centrado en otras cuestiones que poco tuvieron que ver con el campo.
En diálogo con La Política Online, Basterra destacó que gracias al trabajo realizado en la Comisión de Agricultura se lograron la sanción del Estatuto del Peón Rural y diversos dictámenes relacionados a las economías regionales en el interior del país.
“Fue un año positivo desde el punto de vista de que pudimos avanzar en debates sobre temas muy importantes logrando una amplia participación de todos los sectores. No tengo dudas que vamos a sacar muy buenas leyes el año que viene”, comentó.
“No es un dato menor que hayamos ampliado la discusión integrando a todos los eslabones de las cadenas comerciales del agro”, amplió Basterra, y agregó que “por supuesto que siempre hace falta más, pero estamos conformes con el trabajo realizado”.
Lo cierto es que, más allá de lo que diga el legislador del Frente para la Victoria, los diputados que integran la Comisión de Agricultura no se reunieron en más de cuatro oportunidades y en ninguno de esos encuentros se trataron temas relevantes.
El único asunto que mal o bien logró al menos un cierto grado de debate fue la Ley de Semillas a partir de una mesa de trabajo que conformó el Ministerio de Agricultura. Pero fue ahí cuando Federación Agraria (FAA) pateó el tablero y se retiró de la discusión en medio de acusaciones cruzadas por supuestos beneficios a multinacionales.
Tampoco se pudo discutir una Ley para intentar masificar el uso de seguros en la producción agrícola a pesar de que la propia Cristina Kirchner impulsó el tema en el marco de la Apertura de Sesiones en el Congreso de la Nación en marzo pasado.
En tanto, otros de los temas importantes por los que pasó el debate del campo como la sequía de principios de año, las inundaciones en la segunda mitad y la crisis que atraviesan la industria frigorífica y los tambos no pudieron ser analizados.
Tampoco se pudo estudiar con detenimiento la Ley de Arrendamientos que apoya la FAA y que fue impulsada en periodos anteriores, pero que nunca se llegó a un acuerdo por las diferencias que existen entre las cuatro entidades del campo.
Asimismo, la Comisión de Agricultura tampoco se ocupó de tratar las problemáticas que aquejan a las economías regionales a pesar de que la mayor parte estas (yerba, frutas, azúcar, tabaco, horticultura, algodón, vino, etc.) atravesaron un cóctel explosivo compuesto por el atraso cambiario, la fuerte presión fiscal y la pérdida de rentabilidad.
Como sea, no es la primera vez que éste cuerpo legislativo genera expectativas al momento de su conformación, pero que luego, por diferencias ideológicas o intereses partidarios no se llegan a obtener resultados en favor del conjunto de los productores.
Así, desde las últimas elecciones legislativas en 2009, por la presidencia de la Comisión de Agricultura ya pasaron sin resultado alguno los radicales Ricardo Buryaile (2010) y Juan Casañas (2011) y ahora el kirchnerista Luis Basterra (2012).