La presidenta provisional del Senado de la Nación, Beatriz Rojkés de Alperovich, debió pedir ayer públicamente perdón por declaraciones suyas del día anterior en las que había cargado sobre la familia de la víctima la responsabilidad por el homicidio de la nena tucumana Mercedes Figueroa, de 6 años, según publicó el diario Clarín.

Mercedes, desaparecida el martes por la tarde de la puerta de su hogar, fue hallada apuñalada 14 horas después en una casa cercana a la suya, en un humilde del norte de la capital provincial. Un adulto y dos adolescentes, parientes de la niña, están detenidos como sospechosos de haberla matado cuando se resistió a que la violaran.

“Hasta donde sé, el papá y la mamá son responsables de que una nena de 6 años esté jugando en la vereda a las seis de la tarde”, había dicho el miércoles a la prensa la senadora por Tucumán del Frente para la Victoria, segunda en la sucesión presidencial. Acababa de inaugurar en la Legislatura local un ciclo sobre “Construcción de diagnósticos locales sobre la problemática de la seguridad desde una perspectiva de género”.

La también presidenta del PJ tucumano, esposa del gobernador de la provincia, José Alperovich, había agregado entonces: “Tenemos que hacernos cargo de las responsabilidades que tenemos los padres en lo que hace a la seguridad y la obligación que tiene el Estado con respecto al control de la seguridad”. Pero fue la frase enganchada a continuación la que desató indignadas reacciones, de oficialistas y opositores, y en las redes sociales: “Sabemos que para el Estado solo sería imposible, porque no podemos tener al señor Estado a la par de una familia que está borracha y permite que una criatura de seis años esté sola”, había aseverado la legisladora.

Ante las repercusiones negativas de sus dichos, “Betty”, como se la conoce, emitió ayer un breve comunicado de prensa: “Ante la tragedia vivida por la familia Figueroa, ante el horror e indignación que como madre y abuela me produjo la crueldad del crimen, dije palabras por las que hoy solo puedo pedir, humilde y sinceramente, perdón a la familia y a la ciudadanía”, reza la declaración.

Sin embargo, los dichos que motivaron el pedido de perdón habían estado en consonancia con lo afirmado en relación al mismo hecho por el jefe de la Policía provincial, Jorge Racedo. Este había asegurado que este crimen no es un caso de inseguridad sino de “falta de responsabilidad de los padres”. Y había añadido: “Si hubieran sido más inflexibles, esto no hubiera sucedido”.

El gobernador Alperovich, en tanto, optó por el silencio. Suspendió su habitual ronda matinal por obras públicas y adelantó un viaje a Buenos Aires.