La interna radical está al rojo vivo: cuando todo parecía encaminarse hacia un acuerdo definitivo entre los distintos sectores, la liga de intendentes encabezada por Víctor Fayad avisó que pedirá la caducidad de todos los mandatos para forzar la inmediata reforma de la carta orgánica y la selección de las nuevas autoridad a través de comicios abiertos.

Esto sucede luego de que Mario Barletta consiga posicionarse como el candidato del consenso, algo que enfureció a Fayad y también al cordobés Ramón Mestre. Es que fueron ellos los primeros en postular al santafesino como representante de los jefes territoriales que reclaman la renovación de la conducción radical vía elección directa de los afiliados.

Pero como había anticipado LPO, Barletta no quiso pegarse a la imagen de los intendentes, y prefirió construir su candidatura instalándose como el postulante del consenso, el hombre que podía acercar posiciones. Por eso se reunió en reiteradas ocasiones con Ricardo Alfonsín -que se niega a perder su espacio de poder, incluso después de su mala performance en las elecciones presidenciales-, Ernesto Sanz y Julio Cobos.

"Recibimos el visto bueno de todos los sectores. No tenemos ningún veto. Lo único que faltaría es que arreglen entre ellos las presidencias de los bloque de Diputados y Senadores. Si se consigue un equilibrio en ese sentido, Barletta podría ser nombrado en diciembre", explicó un hombre cercano al santafesino.

Y sobre el impedimento que tiene por no ser delegado, detalló: "Eso es lo de menos. Se puede arreglar de muchos modos. Una forma sería nombrarlo delegado en su provincia o bien en la misma Convención Nacional. También podría ser nombrado por el consenso de todos los delegados, salteando ese requisito".

La designación de Barletta por consenso demoraría una vez más la reforma de la carta orgánica. Por eso, furiosos con este giro del santafesino, la liga de intendentes ya avisó que en la Convención Nacional del próximo viernes pedirá la caducidad de todos los mandatos partidarios, una propuesta que deberá ser sometida a votación entre los 329 convencionales.

De conseguirlo, se pedirá la conformación de una junta provisoria de no más de diez personas -integrada por legisladores nacionales, intendentes, concejales y representantes de la Juventud Radical- que conducirá la UCR hasta que finalmente se reforme la carta orgánica y se llame a todos los afiliados a votar a la nueva conducción.