El embajador argentino en Italia, Torcuato Di Tella, sufrió una descompostura y debió ser internado en la ciudad de Roma. El prestigioso sociólogo, autor de catorce libros y fundador de la carrera de Ciencias Sociales en la Argentina, se desmayó en el edificio de la Cancillería italiana y -con casi 83 años- fue llevado de urgencia al Hospital Gemelli.

Su mujer, Tamara, conocida también como la "Reina del Pilates" -por el método de entrenamiento físico que impuso en Argentina-, exigió que el suceso no trascendiera y les ordenó a todos los funcionario de la embajada que encabeza su marido que no le informaran al canciller Héctor Timerman.

Además, frente al desconcierto de los diplomáticos de carrera, dijo que se haría cargo ella misma de la embajada hasta que Torcuato pudiera recuperarse. El estupor de sus interlocutores se debe a que cuando un embajador no puede ejercer su cargo -por vacaciones o por problemas de salud- es el funcionario con mayor rango el que debe tomar su lugar.

"Fue una pequeña descompostura, pero es una persona mayor y por ese motivo fue al hospital para que se le haga un chequeo. Ese mismo día se le dio el alta y se le pidió que descanse un poco. No fue nada grave", intentó minimizar uno de sus secretarios.

Y agregó: "Mañana se va a reincorporar, así que fueron pocos días que no estuvo. Por eso no fue necesario que nadie se haga cargo ni lo reemplace. Todo está en orden".

Timerman suma una nueva polémica, en medio del enojo de la Presidenta tras su viaje a Nueva York. Es que el Canciller no le anticipó que Estados Unidos votaría en contra de los créditos para la Argentina, ni que iniciarían una campaña para convecer a otras potencias de tomar la misma postura.

Las últimas fallas de Timerman fogonearon los rumores sobre su reemplazo. El candidato que más suena para sucederlo es Luis María Kreckler, actual secretario de Relaciones Económicas Internacionales y hombre del riñón de Julio De Vido. Ya había sido mencionado, también, antes de la designación del actual canciller.