La elección presidencial del 23 de octubre tendrá siete candidatos, la menor cantidad que compitió por llegar al sillón de Rivadavia desde el retorno de la democracia, en 1983, cuando se presentaron doce listas.

El dato refleja una de las consecuencias inmediatas del sistema de primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso), según detalla un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas Para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) que reveló el resultado del nuevo sistema electoral inaugurado este año.

La reforma política promovida por el Gobierno en 2009 y sancionada antes de la renovación del Congreso endureció los requisitos para crear y hacer funcionar partidos políticos.

Obligó a las fuerzas o alianzas que cumplieron a con esas metas a lograr el 1,5% de los votos en las primarias para competir en la genera. Y prohibieron las listas espejo, artimaña que posibilitaba a un candidato competir en boletas de distintos partidos.

El trabajo del Cippec señala que la cantidad de partidos políticos para esta elección decayó en las principales provincias. De los cinco electorados más importantes nacionales sólo Capital Federal superó las diez listas para diputados nacionales. No lo hicieron Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza.

Pero el sistema de internas no logró fortalecer a los partidos políticos como tales, ya que sólo en muy pocos casos existieron internas competitivas para definir candidatos.

No existió ninguna que elija a un candidato a presidente y para diputados nacionales hubo internas en 18 provincias, pero sólo en 9 casos la diferencia entre el primero y el segundo fue menor a 10.

También hubo seis para senadores, pero sólo dos fueron realmente para definir candidatos. En los comicios municipales de la provincia de Buenos Aires, que también implementó las PASO, sí abundaron los comicios para elegir aspirantes a las intendencias.

Las primarias no sirvieron para desterrar otros vicios del sistema electoral como las colectoras y/o adhesiones (candidatos nacionales o provinciales con varias listas locales en la sábana) y las alianzas cruzadas, con fuerzas que armaron frentes diferentes en las provincias dándole debilidad al sistema de partidos.

Entre las razones que el Cippec encontró para explicar el poco uso que las fuerzas hicieron de las primarias para cargos relevantes estuvieron la facilidad que todavía hay para competir por fuera de las estructuras, temor a divisiones en las fuerzas y la incertidumbre respecto a las reglas del mecanismo.

Para darle mayor legitimidad a las Paso, en el Cippec propusieron endurecer aún más los requisitos para crear partidos políticos y eliminar el voto por categoría, que permite a los electores participar de varias internas a la vez y alienta la intervención de una fuerza en elecciones de otras.

Pero sin duda lo más llamativo de las primarias fue que aun cuando gran parte de la población desconocía de qué se trataban hasta día antes de su realización, la concurrencia a votar superó la de las últimas dos elecciones presidenciales.