Ante el panorama positivo que mostraron hoy las bolsas de todo el mundo, los economistas aún no tienen en claro cuál será el curso de la economía de los países del norte y sus efectos sobre los países emergentes. Por un lado, esto demuestra que “todavía estamos en un momento de alta volatilidad, que seguramente se prolongue por dos semanas más”, comentó a La Política Online Fernando Porta, miembro del Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (CEPES). Pero, por otro lado, el precio de las commodities parece que se mantendrá en los altos niveles actuales por la fuerte demanda, lo cual garantiza una mayor estabilidad para los países que exportan mayoritariamente productos agrarios.
La relación de Argentina con Brasil es sumamente sensible. Actualmente, el real se encuentra sobrevaluado por la fuerte entrada de capitales externos. Sin embargo, esta situación podría revertirse si el flujo de divisas extranjeras se interrumpe, lo cual devaluaría la moneda brasilera y perjudicarían las exportaciones argentinas al país vecino, que tiene un fuerte componente de la industria automotriz. “Nos volveríamos menos competitivos en los sectores que generan más empleo; nos va a costar más ubicar esos productos porque no somos lo suficientemente eficientes como para competir en otros mercados” explicó Carlos Bruno, presidente del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT), y agregó que la situación actual de la moneda brasilera permite sostener los costos crecientes del sector. “Una devaluación del real complicaría la situación de las exportaciones argentinas” concluyó.
Brasil se encuentra más expuesto a los cambios en los mercados internacionales dada la mayor integración del país vecino con Estados Unidos. Aunque, “tiene un desarrollo basado en su mercado interno, lo cual lo hace menos vulnerable” aclara Porta. El economista explicó que la Argentina se encuentra exenta de estos riesgos, ya que “no está tan integrada en el circuito financiero internacional” .
Los analistas barajan con mayor fuerza un panorama de disminución de las tasas de crecimiento que uno de recesión. Ante esta posible perspectiva los países emergentes, principales demandantes de las commodities, seguirían manteniendo el mismo volumen de compra pero a menores precios, con lo cual se podría reducir aún más la acotada brecha de superávit comercial que tiene hoy la economía argentina.