En Córdoba los tres candidatos que llegaron a la recta final con chances de ganar no escatimaron gastos en la campaña, lo que se evidencia en la cartelería que inunda la capital de la ciudad y en la contratación de consultores de nivel internacional.

Todo eso debía hacerse por no más de 9,2 millones de pesos, el tope de gastos establecido por la justicia electoral cordobesa, cifra que difícilmente haya alcanzado para tanto despliegue utilizado para promesas que abarcaron todos los ámbitos de Gobierno.

Es que Córdoba es una provincia sacudida por su mala relación con el Gobierno nacional y esa tensión la palpan hasta los vecinos menos interesados en las intrigas políticas, pero que aún así no ignoran tanta parálisis de obra pública.

“(Juan) Schiaretti no inauguró nada en tres años y en los últimos ocho meses corta cinta en todos lados”, se burla un taxista de la capital cordobesa ante LPO. Su percepción es casi un documento de una época de crecimiento económico del país, pero marcada por la discrecionalidad en el reparto de los recursos públicos.

Es que no sólo el gobernador de Córdoba tuvo problemas para recibir los fondos que le corresponden del tesoro nacional. Tampoco la pasó bien el intendente de la Capital, Daniel Giacomino, quien asumió como heredero de Luis Juez pero cuando testeó el escenario se hizo kirchnerista. “Terminó agachado y de rodillas”, se burlan los cordobeses, reacios a rendirse ante los pies de un presidente.

El restulado de estas peleas no podía ser otro que la falta de dinero en las arcas públicas, justo en épocas en que la agroindustria que exhibe Córdoba desde siempre se encuentra en un momento histórico.

Por eso el camino quedó allanado para las mejores promesas. Aguad se animó a anunciar un aumento del 50% para los docentes y De la Sota créditos hipotecarios con menos exigencias de las que tenían los que lanzó cuando era gobernador.

El dinero llegaría de alguna manera que no pudo ser posible con Schiaretti y esa hipótesis, en Córdoba, no parece alojada. "Basta de promesas inclumplibles", protestó Juez, extrañamente, el más cauto de los tres.

Para este trabajo los candidatos sí invirtieron lo que hizo falta. El más ostentado fue José Manuel de la Sota, quien para evitar reprimendas se reservó el detalle de los gastos de campaña.

Tampoco contestó un pedido especial del diario La Voz del Interior, sólo que el más tradicional matutino cordobes no se quedó de brazos cruzados: sus periodistas se tomaron el trabajo de desglosar los gastos aproximados según la inversión publicitaria y el personal que tuvo a su lado.

La cuenta dio entre 30 y 40 millones de pesos, casi un récord para las campañas provinciales de este año, a lo que debe agregarse el gasto publicidad oficial ejecutado por Schiaretti. Con el mismo cálculo, el diario estimó que Aguad usó entre 10 y 15 millones de pesos y Luis Juez no más de cinco, o sea, el único que cumplió con el límite que marca la ley.

En lo que los tres coincidieron fue en contratar asesores de renombre internacional, quienes difícilmente hayan sido baratos. De La Sota apostó por el publicista Ramiro Agulla, mientras que Aguad y Juez se esmeraron por tener consultores políticos de calidad: el radical contó con el ecuatoriano Jaime Durán Barba y el senador con el uruguayo Francisco Vernazza, recordado por su trabajo en la elección del Frente Amplio.

Quizá su selección no sea casual: uno de los últimos trabajos de Agulla fue para el uruguayo Luis Lacalle en la elección en la que cayó derrotado por José “Pepe” Jujica.

Cada uno dejó su marca bien a la vista. Agulla con sus jugados spot, Durán Barba con la carnavalesca actuación de particulares en cada aviso, mientras que Vernazza causó una de las sorpresas más comentadas por la capital cordobesa en el cierre de campaña: logró que Juez dejara de lado su prédica acusatoria y ensaye una imagen de gobernante solvente.

"Me tomo tres aplax diarios. Ya denuncié todo lo que tenía que denunciar,. Ahora apelo a la memoria de los cordobeses", justificó su viraje Juez antes de cerrar su camapaña con una caravana por la capital, donde confía en hacer una buena diferencia que descuente una baja performance en el interior, que lo tiene como tercero cómodo en todas las encuestas.

Aguad fue el único que desglosó los gastos de campaña con el detalle de los aportes de particulares, dirigentes y candidatos, ninguno por encima de los 50 mil pesos. La ley electoral es clara: los partidos que compitan deben hacer una rendición de cuentas 15 días antes de la elección y 60 después.

Una cifra mucho mayor a lo que gastó invirtió el titular de la aceitera General Deheza, Roberto Urquía, cediéndole a De la Sota el avión en el que se movió durante toda la campaña.

Su última pasada por el aeropuerto cordobés fue en el cierre de campaña del jueves cuando se cruzó con Hermes Binner, los dos en camino a Río Cuarto, la ciudad rural situada al sur de la provincia donde De la Sota vive con su pareja y los tres candidatos quisieron pasar antes de que comenzara la veda electoral. A esta altura, nadie iba a regalara nada.