Luego de intentar rehuir el escándalo y calificar públicamente la supuesta defraudación que cometió su ex mano derecha Sergio Schoklender como “pelotudeces”, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, tuvo que ceder ante la realidad y este domingo dio su versión de los hechos en una extensa entrevista con Tiempo Argentino.

En la nota, Bonafini anunció que también decidió apartar de la Fundación Madres de Plaza de Mayo a Pablo Schocklender y a otras16 personas, vinculadas con la administración de los cientos de millones que el gobierno kirchnerista giró a las Madres.

“Si cometieron delito tendrán que pagar. A través de esta entrevista, anuncio que acabo de separar a Pablo y a otras 16 personas. Por las dudas, para que quede todo prolijo”, afirmó Bonafini, intentando despegarse del escándalo.

Sin embargo, al inicio del escándalo y acaso anticipando que el kirchnerismo podía utilizarlo como chivo expiatorio, Schoklender afirmó en una entrevista con Clarín: ““Yo era un apoderado más de la Fundación, soy el gestor claramente, pero la dirección y la presidencia del Consejo de Administración es de Hebe”.

Esa frase además de un mensaje a la política encierra un argumento de peso a nivel legal. Si Hebe de Bonafini no denuncia penalmente a Schoklender por haber defraudado a la Fundación, lo más posible es que le resulte muy difícil explicar que no estaba al tanto de los presuntos delitos cometidos, como directora y presidenta de la misma. Esa es al menos la opinión de algunos penalistas que siguen el caso.

Hebe rompe con Schoklender

La entrevista con Tiempo Argentino, es reveladora porque confirma que la titular de Madres tiene la deliberada intención de cargar todas las culpas del escándalo sobre su ex mano derecha. “Las acusaciones son contra el apoderado, que era Sergio, y contra su hermano, y si cometieron delito tendrán que pagar. Acabo de separar a Pablo y a otras 16 personas más. Por las dudas, para que quede todo prolijo. Todos los imputados están separados, porque no vamos a poner en riesgo todo, sabemos lo que hacemos, cómo podemos responder pero la cosa está muy seria”, afirmó.

Para luego afirmar que supuestamente las desavenencias venías de tiempo atrás. “Hace un año empecé a tener discusiones con él porque quería convertir a la fundación en una empresa. Y yo le decía “mirá, Sergio, esto no es una empresa, somos un emprendimiento, somos soldados de este proyecto nacional y popular”. Y le decía “vos, con este proyecto que tenés, de las casas que caminan, que están y que existen, y que es cierto que son un invento impresionante, querés convertir a la fundación en una empresa. Y yo no tengo ningún interés en que esto sea una empresa. Quiero que siga siendo una fundación, como está”.

Luego Bonafini aclara que “después de esa discusión empecé a ver cosas que no me gustaron”, como ser “el manejo de la situación, sobre todo, porque eso significaba pedir proyectos para que tales o cuales fueran considerados”. Pero de inmediato aclara de haber sabido que existían irregularidades hubiera actuado antes.

“Si el gobierno a mí me decía “mirá, Hebe, acá falta plata, esto no se hizo”… pero eso no pasaba. Si no yo hubiera actuado antes. Pero nunca hubo una desconfianza ni nadie me avisó que faltaba plata”, concluyó.

Un enfrentamiento previsible

Las declaraciones de Bonafini de alguna manera anticipan que es muy posible que el caso siga escalando, ya que todo indica que si existe un pacto de silencio entre Bonafini y los hermanos Schoklender, esta podría romperse si la relación se termina de romper y la titular de las Madres trata de descargar todo el costo penal sobre su ex apoderado.

Sin mencionar que aún quedan muchisimas ramificaciones por explorar, como la relación de las Madres con la ex ministra de Economía Felisa Michelli, que las benefició durante su paso por el Banco Nación y ahora “trabaja” en la Fundación, se suponía administrando los mismos fondos públicos que hoy se sospecha fueron desviados.

Misma situación delicada que roza el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, cuya mujer Marta Cascales intervino en la constitución de la investigada Meldorek, constructora de Schoklender que ejecutaba todas las obras financiadas por el Estado.

Moreno trabó además una relación política estrecha con las Madres, con quienes coincidió bajo el padrinazgo de Carlos Zanini, en el apoyo a la candidatura a intendente de La Matanza del polémico matarife Ricardo Bruzzese, un beneficiado del programa “Carne para todos”, que casualmente regentea el secretario de Comercio Interior.