El ministro de Agricultura Julián Domínguez sabía que tenía bajo su manga una de las últimas fichas para dividir una vez más a los dirigentes de la Mesa de Enlace. Y esta vez el funcionario no desaprovechó la oportunidad que le dejaron servida.

Mediante una carta dirigida a la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) que preside el devidista Alberto España, el ministro solicitó que se le compren 500 mil toneladas de trigo a precio FAS teórico a la Cooperativa AFA.

Solamente esa jugada política de Domínguez bastó para generar una guerra de cruces y recelos entre los distintos sectores que integran la dirigencia del campo. Por un lado Federación Agraria (FAA) y Coninagro, y por el otro Sociedad Rural (SRA) y CRA.

El tema estalló porque la Cooperativa AFA -Agricultores Federados Argentinos- que cerró el acuerdo con los molinos para la compra de trigo, integra Federación Agriaria, al igual que ACA -Asociación de Cooperativas Argentinas- en el caso de Coninagro.

Desde la Sociedad Rural calificaron dicho acuerdo como “una nueva demostración de amiguismo en el comercio de granos”, al tiempo que CRA y CARBAP “rechazaron la irrupción digitada de compras a determinados vendedores”.

Lo curioso es que hasta ahora CRA y La Rural criticaban al gobierno –particularmente al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno- porque favorecía la venta de la producción del trigo al oligopolio de las grandes exportadoras. Y ahora que el ministro de Agricultura terció para beneficiar a las cooperativas de pequeños productores que integran AFA, las críticas igual se repitieron.

Desde Federación Agraria, la respuesta estuvo a cargo del secretario Gremial, Omar Príncipe, quien difundió un comunicado con el provocativo título: "Intervención virtuosa, el camino para la solución".

Príncipe apuntó muy duro contra SRA y CRA: “Nos preocupa que algunas entidades colegas hayan sacado comunicados de prensa con celeridad, cuestionando la decisión del Ministerio de Agricultura de dar más espacios al cooperativismo en el comercio de granos, cuando durante cuatro años no emitieron jamás alguna comunicación que denunciara con nombre y apellido a las multinacionales que vienen concentrando grandes ganancias y controlando el mercado, en detrimento de los productores”.

Como era esperable, la medida de Domínguez revolucionó el mercado. El Centro de Corredores de Granos y la Federación de Acopiadores, la cuestionó y según supo LPO, evalúan la posibilidad de denunciar la decisión ante la Justicia.

“Se afecta la libertad de trabajo, se atenta contra el sostenimiento de las empresas y se discrimina a sectores de la cadena en pos de un sólo actor, y lo más grave es que todo esto lo impulsa el Ministerio de Agricultura”, disparó a LPO el corredor Javier Buján.

En el texto del acuerdo emitido por los molinos (ver adjunto) se detalla que la compra de las 500 mil toneladas de trigo al precio pleno se deberá realizar dentro de los próximos 30 días. Allí también se especifica la cantidad de cereal que debe comprar cada molino a la Cooperativa AFA.

En tanto que el presidente de la Sociedad Rural de Pergamino, Roberto Campi, dijo que “lamentablemente lo que van a hacer no puede ser perdonado por la producción”.

“Se sacaron la careta y van a tratar de sacar ventaja”, agregó, en obvia referencia a Buzzi.

Entretelones del acuerdo

Si bien Eduardo Buzzi se hizo el desentendido cuando lo consultaron sobre el caso AFA, lo cierto es que ya desde la semana pasada se vienen ultimando detalles sobre la polémica medida que finalmente se conoció ayer.

Según pudo averiguar LPO con diversas fuentes del sector, el propio Domínguez se comunicó con Buzzi en medio de la protesta rural para anunciarle que el Gobierno estaría dispuesto a darle mayor participación a las cooperativas en la comercialización.

Al instante el titular de la entidad federada dio el visto bueno y le dijo al funcionario que una medida como esa “sería espectacular”. “Si hacen esto empiezan a recuperar algún nivel de coherencia”, le habría respondido Buzzi a Domínguez.

Luego, según supo este medio, el ministro de Agricultura le dijo que dejara el asunto en sus manos y se dedicó a preparar junto a su equipo los pormenores de la medida.

Por este motivo, según aseguran las fuentes consultadas, durante las protestas de la semana pasada, Buzzi enfocó sus críticas hacia el secretario de Comercio Guillermo Moreno y elogió a Domínguez, mientras que Biolcatti directamente pidió la renuncia del ministro.

“Julián Domínguez es un gringo del interior peronista, filosóficamente cooperativista y socialmente federado”, aseguró el subsecretario de Agricultura Oscar Solís, al explicar el accionar de su jefe político oriundo de Chacabuco.