El Banco Central solicitó a la Casa de la Moneda brasileña la emisión de $ 3.000 millones adicionales para incrementar la oferta de billetes y hacer frente a los problemas de provisión de efectivo que se viene produciendo desde principios de diciembre en los cajeros automáticos. Esta nueva emisión demorará no menos de un mes.

La confirmación corrió por cuenta de la titular del Central, Mercedes Marcó del Pont. Se suman la emisión de $ 10.000 millones en billetes de 100 pesos que se había encargado en Brasil en octubre.

Marcó del Pont resaltó que “el ciclo de falta de efectivo ya tuvo su punto de inflexión con la finalización de las fiestas de fin de año, y que tenderá a normalizarse en los próximos días”. La demanda de pesos propia de fin de año se topó con la escasez de billetes de $ 100, a pesar de la fuerte cantidad que se había mandado a emitir a Brasil. La titular del Central también confió en que «a lo largo de esta semana tendría que producirse un hecho muy claro que es que todo el efectivo que se usó y se gastó para las fiestas vuelva a entrar en circulación».

El fin de semana se sucedieron inconvenientes con los billetes en bancos de la Ciudad de Buenos Aires y en localidades del conurbano bonaerense. El banco más afectado por esta situación fue el Provincia, ante la gran cantidad de salarios que paga a empleados estatales a través de sus cajeros y también al pago de haberes jubilatorios.

La titular del Central precisó que esta semana terminará de completarse el ingreso de los 100 millones de billetes de 100 (10.000 millones de pesos) que ya se imprimieron en Brasil. Y en las próximas semanas ingresará la nueva remesa adicional con un total de 30 millones de billetes de 100 pesos.

La falta de billetes que se evidenció en ciertas entidades bancarias fue la resultante de la combinación de varios factores, según sostienen en el Central, que confluyeron hacia fin de año: la mayor demanda estacional por las fiestas; cierto retraso en entregas de los aviones pautados desde Brasil; y la mayor bancarización de las cuentas.

Pero la titular del Central buscó deslindar responsabilidades del actual directorio de la entidad y sostuvo que la falta de billetes físicos es un problema que data de gestiones anteriores. “Había estudios viejos que lo planteaban. Esto sirve -señaló la funcionaria- para recordarles a muchos ex presidentes de esta entidad que se rasgan las vestiduras pero que poco habían hecho para solucionar un problema estructural y no encarar un dato, que la Casa de Moneda cubría sólo una parte de la necesidad de billetes”. Esos estudios señalaban “que había que encarar cómo se suplementaba esa oferta de nuestra propia Casa de Moneda”.

La Casa de Moneda estaría en condiciones de imprimir hasta 350 millones de billetes por año, cuando normalmente se demandan entre 600 y 700 millones de billetes, dada la existencia de máquinas obsoletas con más de 30 años de vida.

La funcionaria descartó que esta escasez registrada en algunas provincias se relacione con la fuerte emisión monetaria de 2010, como reflejo del alza de los precios, tal como señalaron ex presidentes del Central, analistas y referentes de la oposición. Por lo tanto, indicó que no es necesario imprimir billetes de $ 200 y $ 500, como una forma de reconocer la inflación, al considerar que se trata de una cuestión estacional que será superada.