Periodista de profesión y polémico por naturaleza, el nuevo canciller y ex embajador argentino en Estados Unidos, Héctor Timerman, jurará mañana en el cargo en medio de la polémica por las coimas con Venezuela, amplificada por su vocación mediática.

El escándalo estalló ayer cuando en una entrevista con Página 12, lanzó abiertas amenazas al ex embajador en Venezuela, Eduardo Sadous, quien fue autorizado por el renunciado Jorge Taiana a concurrir el próximo miércoles a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.

Timerman había afirmado en el entrevista con el diario kirchnerista que estaba "convencido de que sabe (Sadous), como profesional que es, que por ley los embajadores no pueden revelar información confidencial. En caso de hacerlo, estaría cometiendo un delito".

Y por las dudas de que el mensaje no estuviera claro, Timerman agreó que como canciller iba a hacer todo lo posible para evitar "que se revelen secretos confidenciales" (durante la exposición de Sadous) y que "el Congreso transforme en un escándalo político algo que no lo es".

La comisión timoneada por el peronista opositor Alfredo Atanasof, quiere que el diplomático se explaye sobre sus denuncias de una supuesta "embajada paralela" en el país caribeño que reportaba directamente al ministro Julio de Vido; que tenía por objetivo coordinar el circuito de coimas que se le pedían a los empresarios que pretendían ingresar a los ventajosos acuerdos comerciales firmados con el regimen chavista.

Las declaraciones de ayer de Timerman levantaron una ola de críticas en la oposición, en particular de la diputada Patricia Bullrich, quien junto a Atanasof lidera la embestida por las coimas con Venezuela e impulsa la creación de una comisión investigadora.

Frente a la polémica, Timerman se vio forzado hoy a emitir un comunicado, que sin embargo, sobre el final no pudo eludir la tentación de torear nuevamente a los diputados.

"Cuando en el día miércoles el Embajador Eduardo Sadous concurra al Honorable Congreso de la Nación lo hará con todas las libertades que gozan los ciudadanos de un Estado democrático y, también, con todas las responsabilidades que conlleva la condición de funcionario del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación al que pertenece el Embajador. Así lo ha hecho el Embajador Sadous ante la Justicia y así lo hará ante el Congreso”, dicen las primeras líneas del texto.

Para luego agregar: “Tratándose de un tema que atañe a las relaciones diplomáticas tenemos la seguridad que los miembros de la Honorable Cámara de Diputados no usarán la presencia del Embajador para fines partidarios”.

La autorización a Sadous la firmó el ahora ex canciller Jorge Taiana, quien incialmente no autorizó la visita de Sadous al Congreso. La autorización de la visita fue el último acto administrativo de Taiana como canciller y lo hizo luego de una fuerte discusión con Cristina Kirchner, que lo acusó de desleal por recibir a periodistas de Clarín. La cosa terminó mal y Taiana presentó la renuncia.

Ante el escándalo y el hecho consumado de la autorización a Sadous el gobierno entendió que no tenía margen para prohibirla, pero Timerman no se privó de amenazar al embajador, lo que derivó en la nueva polémica, que hoy intentó zanjar con un comunicado, a prudente distancia de los micrófonos.