Las dificultades para encarar la campaña proselitista para el espacio de Mauricio Macri parecen empezar a disiparse. O al menos esa es la idea que manejan en el comité de campaña. Es que la candidata “estrella” Gabriela Michetti sigue ganando según las encuestas.

Claro que por las características propias de estas elecciones la mirada no está puesta en la ciudad de Buenos Aires sino en la provincia y en el escenario nacional.

En este marco, en las últimas semanas en el macrismo notaron que el discurso de la ex vicejefa de gobierno, en comparación con el de la Coalición Cívica, en especial el de Elisa Carrió, llevaba a que una porción de votantes visualizaban al espacio “Lilita” como el destinatario del voto netamente antikirchnerista.

Por ello, hace 10 días en una reunión de la “mesa chica” de campaña (que integran el jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta, el legislador michettista Martín Borrelli y el secretario general Marcos Peña, el subsecretario de Medios Gregorio Centurión y el vocero de Macri, Iván Pavlovsky, entre otros) para pulir la estrategia. Allí se decidió que Gabriela levantar la puntería y apuntar contra el kirchnerismo.

La idea de enfocarse al gobierno nacional tenía que ver con este hecho básico: en el PRO no quieren perder ese voto anti – K.

Según cuentan en el espacio del jefe de gobierno, el 80% de los porteños tiene una imagen negativa de Cristina Kirchner e, inclusive, un porcentaje no menor de ellos habla directamente de “odio” o “mucha bronca” contra la presidenta.

Atentos a esto, en el macrismo decidieron intentar capitalizar estos votos para “no arriesgar”, explican, y agregan que Macri ve a la Coalición Cívica “desdibujada” en esta campaña y no quiere cederle el lugar de “oposición” al modelo oficialista.

De esta manera, Michetti empezó a hablar más enfáticamente de los temas de autonomía ligándolos, no sin razón, a las trabas que pone el gobierno nacional.

Así, del traspaso de la Policía Federal, el control del puerto a la autorización para endeudarse en obras de infraestructura o subtes, la ex vicejefa comenzó a avanzar sobre críticas y no ya meras propuestas. Esta línea que defiende la autonomía de la ciudad también le permite mantener una coherencia con su decisión de renunciar a su cargo en el Ejecutivo.

Además, ya hay lugar para críticas estructurales a las políticas kirchneristas concretas. En esta estrategia, hoy en el Mercado del Progreso, junto a varios de sus compañeros de lista, Michetti realizó algunas compras a modo de "comprobación" de que el alza de los precios poco tenía que ver con los que ofrece el gobierno nacional.

Allí expresó que "el Indec que antes era una garantía, ahora se deterioró, se desprofesionalizó, se politizó, no tenemos medición y eso hay que recomponerlo para volver a conocer donde están las causas de la inflación", en una crítica abierta al oficialismo.

Antes de ayer, había hablado de la necesidad de la radarización de todo el espacio aéreo de la Argentina para “luchar contra la inseguridad y el narcotráfico”, siempre con el tono tranquilo que la caracteriza.

Esto esta en relación directa con la idea que bajaron desde la mesa chica de campaña es que Michetti también se diferencie de la CC en algo no menor para el PRO: las formas. Por ello, las palabras “respeto”, “consenso” y “crítica constructiva” inundarán el vocabulario de la candidata a diputada nacional.

Campaña

Para las últimas dos semanas de campaña el macrismo, además del cambio a un discurso antikirchnerista, pretende mantener en el actual esquema “haciendo la plancha” para mantener una diferencia ostensible con Alfonso Prat Gay.

De esta manera, seguirán los actos del “PRO Te escucha”, donde los candidatos concurren a un lugar público y escuchan reclamos y sugerencias de los vecinos. Según pudo averiguar LPO, esta modalidad proselitista se intensificará a, al menos, tres veces por semana en shoppings y subtes, además de calles muy transitadas (como Florida) y plazas porteñas.

También la campaña se reforzará con los spots publicitarios que arma el publicista Ramiro Agulla y los afiches de Ernesto Savaglio, dueño de la agencia Savaglio/TBWA, histórico creativo del macrismo, creador de la sigla PRO y del color amarillo que identifica a esa fuerza.

Además, en la última semana se espera un nuevo “timbreo” por las casas bajas de la ciudad con Michetti a la cabeza.

Entre los organizadores de los eventos proselitistas trabajan, además de la “mesa chica”, los legisladores Victoria Morales Gorleri (michettista) y los larretistas Luciana Blasco y Patricio Di Stéfano, además de la candidata Karina Spalla (funcionaria de confianza del ministro de Hacienda Néstor Grindetti), y quien fue parte del armado del primer timbreo de campaña.

“La imagen de la gestión y de Gabriela son muy buenas, no tenemos que inventar nada para ganar la elección”, explica uno de los candidatos porteños a LPO. En este contexto, la fuente apunta que los nuevos afiches de campaña (que no muestran a Michetti) son una “muestra” de que están ganando cómodos.

En el PRO piensan que le llevan más de 10 puntos a Carrió (entre 12 y 15) y que con esas cifras están conformes. “La diferencia con el segundo tiene que ser lo más amplia posible, no nos importa tanto el porcentaje final”, explica otra fuente de la campaña.

Clase media progresista

Otro target al que intentarán llegar en el comando de campaña es a la clase media urbana progresista que históricamente no había votado jamás a Macri.

Por ello, en el macrismo apuestan a tres factores: la figura de Michetti como un contrapeso de centroizquierda; la inclusión de inglés como materia obligatoria en las escuelas de la ciudad y los festivales y eventos culturales gratuitos de la ciudad. En estos dos últimos puntos el ministro de Educación, Mariano Narodowski; y su par de Cultura, Hernán Lombardi, ya están trabajando en esos temas para llegar a punto en el cierre de campaña con las iniciativas en marcha.

Un último dato color ilustra el anhelo por alcanzar a muchos progresistas: en cada barrio en el que van los candidatos se les prepara una suerte de pequeño documento en el que se destaca qué imagen tiene el gobierno porteño en el barrio, la de Michetti y la de Macri; cuántos votos se sacaron y, en especial, cuánto se podría crecer en la zona.