“Tenemos chalecos antibalas vencidos, no tenemos comunicación en los móviles. Y nos sacan a caminar la calle así. Es infrahumano lo que estamos haciendo”. Así se pronunció un oficial en el sepelio de Miguel Ángel Martínez, un nuevo agente de la Policía Bonaerense asesinado en sus funciones, el cual sirvió como espacio para una protesta que llegó al propio despacho del gobernador Daniel Scioli.

Más de 100 autos participaron de la caravana, fundamentalmente patrulleros y móviles de la bonaerense. Lo más llamativo es que estuvo todo encabezado por el flamante titular de la fuerza, Carlos Paggi. El jefe policial encabezó la columna de agentes que llegaron caminando a 72 y 133, en la ciudad de La Plata, y se lo vio acongojado y muy afectado, consolando a los hombres que trabajaban más cerca del policía asesinado a manos de delincuentes en Olmos, en la madrugada de ayer.

Una vez ingresado el cuerpo en el cementerio, se desató la protesta encubierta. Las sirenas comenzaron a sonar al unísono, una clara señal del malestar de los policías que vienen reclamando -desde antes del asesinato de Martínez- mejoras salariales e infraestructura adecuada para la labor que deben desempeñar, básicamente reclaman por falta de armas y porque muchos chalecos antibalas están vencidos.

Al trascender el tema entre los periodistas, Paggi salió a hablar y a dar su explicación. "Estamos equipados como nunca", dijo en primer lugar. Pero luego sostuvo: "No cabe duda que en una fuerza de 52 mil efectivos algún chaleco vencido puede haber, pero también hay un esfuerzo muy grande en renovar y se hará en los próximos días. Ya está en el Boletín Oficial y estamos esperando la entrega del proveedor".

Paggi reconoció que habló con el personal presente en el velatorio y admitió que "sin dudas que hay algunas cuestiones que tendrían que corregirse, pero de ningún modo se advierte un malestar".

El jefe policial enfatizó que "el gobierno de la provincia, desde el inicio de su gestión, adquiere y nos entrega, primero, los patrulleros, ahora las motos y se vienen 27 mil chalecos y luego 20 mil más".

El cortejo fúnebre, presidido por una guardia de honor de la Policía Bonaerense, contó con la presencia de jueces, comisarios retirados que reclamaban por la sindicalización de la fuerza de seguridad y familiares de policías abatidos con pañuelos azules en su cabeza.

Scioli no estuvo presente esta mañana en la funeraria, aunque se especuló que podía haber asistido. Aparentemente, llegó información a las oficinas bonaerenses de que allí podía esperarlo, alguna señal de descontento.

Volante y mensaje

Los policías, por ley, tienen una fuerte prohibición para manifestarse. Basta con imaginarse el caos social que podría generarse si plantearan un paro de 24 horas para entender esa limitación. Sin embargo, lograron filtrar su descontento con movidas subterráneas y algunas movidas de prensa.

Ayer, La Política Online explicó cómo a lo largo de la tarde trascendían rumores de toma de algunas comisarías, justamente de La Plata, los cuáles derivaron incluso en el envío de móviles y cámaras de varios canales.

Sin embargo, cuando este medio se comunicó con las comisarías afectadas desde allí desmintieron rotundamente la jugada y decían no entender cómo habían surgido esos rumores. El llamado de atención indirecto, ya estaba corriendo.

En menos de un mes fueron asesinados cuatro oficiales de la Policía Bonarense. Entre ellos el oficial Garrido, reconocido por la comunidad de San Isidro.

Hoy eligieron una medida más directa. Entre los asistentes al sepelio de Martínez circularon volantes distribuidos por una agrupación denominada "La Ley y el Orden" que llevaban inscriptas demandas destinadas a la gobernación.

Los volantes solicitaban, "en nombre de los 50.000 policías", sueldos dignos, la sindicalización de la fuerza y participación en la elección de los jefes y en los organismos dedicados al juzgamiento y la determinación de sanciones disciplinarias para los efectivos.

Además, pidieron que se dé marcha atrás con la exigencia del nivel de educación secundaria para los agentes de la fuerza y se lo cambie por el ciclo básico completo.

Según puso saber este medio, el reclamo escrito llegó, vía Paggi y posteriormente por manos del ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, al despacho de Scioli.

Martínez fue asesinado ayer alrededor de las 3, cuando intentó perseguir a un grupo de delincuentes que estaba cometiendo un robo en una casa de la calle 217, entre 40 y 41, de la localidad platense de Lisandro Olmos. Su camioneta se cayó en una zanja y los asaltantes lo fusilaron.