La leyenda del lápiz ruso, posiblemente falsa, nos muestra que muchas veces la solución a un problema muy complejo y caro puede ser simple y barata. Es una cuestión de enfoque y de audacia.

Según la leyenda, en los 50, en plena carrera espacial entre EE.UU. y la vieja URSS, se planteo la necesidad de contar con un bolígrafo capaz de escribir en condiciones de gravedad cero, cualquier lapicera normal funciona por gravedad, por tanto los astronautas de la NASA y los Cosmonautas del Programa Espacial Soviético necesitarían con que tomar notas fuera de la Tierra.

La NASA gasto unos cuantos millones de dólares en el desarrollo de este bolígrafo espacial, logrando que escribiera tanto en el espacio como bajo el agua, o en condiciones de extremo calor. Siempre según la leyenda, la NASA logro, después de gastar en investigación y desarrollo y tomarse un tiempo para hacer pruebas, el mejor y más efectivo bolígrafo espacial. ¿Y los rusos?, ¡Usaron un lápiz!

Esta simple leyenda nos sirve para enmarcar lo que está sucediendo en Siria. La coalición occidental, EE.UU. a la cabeza seguida por Francia y el Reino Unido siguieron el modelo de “desestabilización moderada”, dejando que los regímenes de Egipto, Libia o Yemen se desgastaran frente a una creciente rebelión civil, pacifica en su mayor parte, aunque no siempre, alimentada por la esperanza, fatua, de que occidente acudiera en su ayuda si lograban “hacerse oír” en su, legitimo aunque ingenuo, pedido de mayores libertades al estilo de lo que veían diariamente en las series y telenovelas occidentales.

Esta clase media ingenua de los prósperos Estados laicos autoritarios de Oriente Medio fue el factor detonante de la llamada “primavera Árabe” y también, es necesario decirlo, su principal víctima.

Carente de las capacidades y los conocimientos para sobrevivir en un contexto violento y sin ley, trabajaron para destruir el único orden y la única fuente de ley que los protegía, los gobiernos laicos autoritarios, sin ellos cayeron víctimas de los extremistas y los oportunistas. La violencia, ya dueña de la escena, no tuvo freno frente a una clase profesional y comercial que estaba bien adaptada a los autoritarios pero muy laicos regímenes que en el fondo los protegían.

Tal vez exagerando su prudencia frente a la mala experiencia de Iraq y Libia, y el casi desastre de Egipto, los EE.UU. no ha tomado una decisión estratégica frente al pantano de la situación de Siria, donde las protestas derivaron en una cruenta guerra civil, en el fortalecimiento de grupos extremistas desde las facciones sirias de Al Qaeda hasta el mediático ISIS. Para muchos occidentes tiene una sospechosa actitud pasiva frente al descontrol de la situación, donde estas clases medias son masacradas y son la fuente principal de la corriente de refugiados que invade Europa en estos momentos.

Los tímidos bombardeos de occidente, las acciones terrestres mínimas y secretas, y el fallido intento de crear un “ejercito libre” sirio se justifican por lo complejo de la situación y lo difícil que es tratar de no empeorar la situación. Sin embargo los refugiados siguen muriendo en el mediterráneo, el ISIS sigue creciendo y Siria comienza a parecerse a un estado fallido.

El acuerdo nuclear entre las grandes potencias e Irán quizá fue el punto de inflexión que abrió un nuevo escenario, de cual quizá solo vemos atisbos aun. Pero lo cierto es que la diplomacia rusa supo aprovechar los efectos inmediatos de este acuerdo mucho más rápido que los EE.UU.. Hoy por hoy de alguna manera los extremistas de ISIS y los otros grupos insurgentes han logrado reunir una enorme comunidad de intereses en su contra.

Y esta coalición de intereses está teniendo como eje la iniciativa estratégica que logro Putin al plantear una intervención clásica, que también debe poner los pelos de punta a los planificadores militares rusos con el solo recuerdo del la desastrosa invasión soviética a Afganistán en el 79.

Igualmente ha logrado modificar el escenario catastrófico en Siria, además lo realiza bajo el paraguas de un pedido formal del gobierno legitimo de Siria, que nunca dejo de estar reconocido internacionalmente. Esta ventaja la está aprovechando haciendo algo simple y directo, utilizando su poder aéreo y logístico para que se recupere el ejercito sirio, mientras tropas especiales iraníes en Iraq, militantes de hezbolá, y Peshmergas kurdos hostigan por tierra al heterogéneo frente de islamistas radicales.

Occidente vacila, entre lo aparentemente inaceptable de la continuidad de Bashar Al-Assad en el gobierno sirio, que está firmemente sostenido por Rusia y ahora también China, que envió un portaviones y un destructor para apoyar los esfuerzos militares rusos, o bien seguir tercamente oponiéndose a la salida de compromiso que plantea Rusia. Tímidamente occidente continúa con sus bombardeos pero claramente deberá aceptar que esta mano la está ganando Rusia, con la simple formula de hacer lo que todo el mundo pedía, lo obvio, acabar con Isis y los otros grupos radicales, restablecer el orden y frenar la masacre de civiles.

En 24 horas aviones rusos han atacado posiciones terroristas en las provincias de Hama, Idlib, Latakia y Raqqa de Siria. En total, 64 vuelos de combate dirigidos 63 instalaciones del Estado islámico, entre ellos 53 zonas fortificadas, 7 depósitos de armas, 4 campos de entrenamiento y un puesto de mando. Occidente hace mas de un año que bombardea posiciones de ISIS y no ha mostrado resultados importantes. Pero Rusia esta obteniendo resultados efectivos y hay fuertes rumores de que el frente de ISIS se esta derrumbando. ¿Qué paso? ¡Usaron un lápiz!.