Es común escuchar en las calles que la delincuencia aumento producto del ingreso en grandes cantidades de inmigrantes de países como Bolivia, Perú, Paraguay y Colombia. La detección de algunas bandas dedicadas a actividades criminales específicas como el robo de llantas de automóviles, alentó también esta hipótesis, ya que la mayoría de las veces dichas bandas estaban compuestas por ciudadanos de origen Colombiano. Algunos de los datos del Sistema Nacional de Ejecución de la Pena, permite develar la realidad con respecto a esta cuestión.

En primer lugar, corresponde analizar, del total de personas privadas de su libertad, cuantas son de origen extranjero. De acuerdo a la fuente ya citada, el 94% de los internos son de nacionalidad Argentina, el 4% de países limítrofes y Perú, y el 1% restante de otros países. Entre las nacionalidades con mayor cantidad de internos están, e primer lugar Paraguay con 1.014 internos, Bolivia con 622 y Perú con 490. Los colombianos ocupan el 5to lugar con 140. (Ministerio de Justicia de la Nacion, 2012).

Como se puede observar, la respuesta formal a la pregunta es negativa. Si tomamos a los delincuentes por su origen, podríamos aseverar que los extranjeros cometen solo una fracción del total de delitos. Ahora bien, nada dicen estos datos sobre que tasa de criminalidad hay en cada una de las colectividades. Para ello, compararemos la cantidad total de habitantes por su origen y cuantos delincuentes internos en el sistema se registran.

Para el caso de los argentinos, hay para 41.000.000 de habitantes, 57.505 internos. Por tanto, se registra una tasa de delincuentes de 1,40 cada 1000 habitantes. En el caso de los paraguayos, se registran para 550,713 residentes en nuestro país, 1014 delincuentes. En este caso se registra una tasa de delincuentes de 1,8 cada 1000 habitantes. Siguiendo la misma metodología, para el caso de los bolivianos, para una población de 345.272 residentes, se registran 622 delincuentes, lo que arroja una tasa de 1,8 cada 1000 habitantes. Como último ejemplo tomamos a los peruanos, que con una población en Argentina de 157.514 se registran 490 delincuentes, lo que arroja una tasa de 3,1 delincuentes cada 1000 habitantes.[1]

Como se puede observar, la tendencia a creer que los delitos son cometidos principalmente por inmigrantes tiene cierta validez si analizamos cuantos delincuentes detecto el estado dentro de cada comunidad. Así podemos ver que la tasa por habitantes de delincuentes de origen Peruano duplica a la de origen Argentino.

En materia de narcotráfico, la participación de extranjeros es mayor pero no significativamente. Los argentinos son aquí también claramente protagonistas. A modo de ejemplo, en los primeros 9 meses de 2012, el 77% de los detenidos por casos de narcotráfico fueron de origen nacional.[2]

Ante este escenario muchos políticos reclamaron herramientas legislativas para expulsar a aquellos extranjeros que cometen delitos. Lo cierto es que la ley de migración actual contempla la expulsión de extranjeros que cometen delitos en el país, pero siempre y cuando hayan sido condenados (no solo procesados) por delitos cuya pena máxima sea superior a los tres años.

Por tanto se puede concluir que es cierto que hay una mayor prevalencia delictiva en algunas colectividades de extranjeros, pero su impacto es claramente limitado y de ninguna manera configura una situación de la cual el estado haga su máximo prioridad.

[1] Los datos sobre cantidad de residentes de cada país corresponden al Censo 2010, accesible en www.censo2010.indec.gov.ar .

[2] De acuerdo a información del Ministerio de Seguridad suministrada al Diario La Nación en Septiembre de 2012: http://www.lanacion.com.ar/1507933-delincuentes-extranjeros-en-la-mira .