Cuando hablamos de economía, básicamente hablamos de optimización de recursos y de cómo conseguir nuevos. En este sentido, Tierra del Fuego requiere para ser viable un nuevo esquema económico, sin ninguna duda.

Es difícil imaginar que con un esquema de alto nivel de endeudamiento, alta presión fiscal y poca (casi nula) estimulación real del sector privado, la provincia tenga algún dejo de viabilidad.

Para evaluar esto, podemos decir que la provincia hoy tiene una deuda que supera los 220 millones de dólares, y se incrementará más durante este 2018, acompañado de un motor económico y productivo parado. No es un dato menor analizar algunos puntos de esta toma de deuda, como por ejemplo saber que la amortización del capital solicitado se inicia dentro de 2 años, es decir que impactará recién en la próxima gestión.

La colocación de esta deuda en dólares en New York somete a la Provincia a legislación extranjera y pone como garantía ingresos importantes para la provincia:

El motivo, según informo el Poder Ejecutivo de esta importante toma de deuda era para realizar las siguientes obras:

Edificio del Tribunal de Cuentas: por 45 millones

Edificio del Poder Legislativo: por 70 millones

Refacción de edificios públicos: por 10 millones

Nade de esto se llevo adelante. En cambio, el Poder Ejecutivo resolvió invertir unos 170 millones de dólares en dos Letras del Tesoro Nacional a tasa del 2,5% cuando la provincia se endeudó al 8,5%, por lo tanto no solo que el dinero no fue a obras ni a la sociedad de alguna forma, sino que se utilizó para especulación financiera. Pero en esta también se perdió respecto a la tasa de interés con que se tomaron los créditos, la diferencia es de 6% en contra.

Durante el 2017 las transferencias de la Nación ascendieron en concepto de coparticipación federal y leyes especiales a 8.819 millones de pesos, 2.300 millones más que durante el 2016. O sea, un 35 por ciento de aumento. Es decir, unos 10 puntos porcentuales por encima de la inflación del 2017.

En tanto, a lo largo del año pasado los ingresos por tributos locales ascendieron a 7.141 millones de pesos.

Sumando ambos componentes, surge que el año pasado Tierra del Fuego contó con 15.960 millones de pesos, unos 4.196 millones más que en el 2016.

Si dividimos este monto por la cantidad de habitantes de la provincia, el estado contó entonces con 103 mil pesos por cada fueguino, contra78 mil pesos del 2016.

Ahora bien, ese dinero per capita no se vio reflejado en la provincia, al poco caudal de obras, se le suma que la mayoría son con fondos nacionales o del fideicomiso austral, o en otros casos, realizadas con fondos municipales. O sea, estos fondos son los que se deben redistribuir, básicamente la casi totalidad de lo recaudado, de lo pedido en préstamos, y de lo quitado a entes autárquicos, se va en gastos corrientes que hoy por hoy, están descontrolados.

El desafío es dejar de administrar déficit y pasar a administrar crecimiento gradual, o sea, hacer girar la rueda al revés, aprobar una ley de emergencia PYMES para sostener y proyectar a las ya existentes. Por otro lado, poner en marcha un plan PYMES para generar nuevas y acompañarlas tanto en la parte financiera como administrativa. La idea es ampliar la base de contribuyentes y lograr así, en el tiempo, bajar la presión fiscal.

De esta forma se pondría en marcha rápidamente el motor económico de la provincia, acompañado de la puesta en valor de una gran herramienta que tenemos como provincia (aún) la Ley 19.640.

También es vital y necesario potenciar el subrégimen industrial, blindándola con una Ley de promoción provincial que genere beneficios para nuevas alternativas de inversión que no aplican en la 19.640 como así también vincular estas industrias con PYMES que provean de algún tipo de insumo o servicio.

El turismo, la turba, la pesca, y el puerto son otros ingresos que ameritan una transformación profunda, esa transformación es cruzada por la necesidad de nueva infraestructura en la provincia, nuevas reglas desde lo político - económico y en algunos casos una re funcionalización integral como en el caso del puerto.

Soy optimista en lo que respecta al futuro de la provincia, soy optimista en la posibilidad de hacer una provincia viable donde el trabajo genuino sea el eje, acompañado de un nuevo concepto en lo que respecta a educación y formación de recurso humano calificado para las actividades que realizará la provincia como así también otras alternativas como por ejemplo la creación de un polo tecnológico y otro logístico antártico.

La provincia requiere una visión moderna y proyectada mas allá de 4 años desde lo económico- político, pero sobre todo es importante saber que Tierra del Fuego no está fundida, ni cerca, es una provincia riquísima, simplemente Tierra del Fuego está mal administrada.