Lugano
Trasladar a la gente no soluciona el problema
Por Fabián Stachiotti
Cuando se produce una situación como el desalojo de Villa Lugano, se debe comprender que el problema no termina ni empieza en el desalojo.

A propósito de los hechos acontecidos en el predio de Villa Lugano, Barrio “Papa Francisco”, y desde mi lugar como Subsecretario Social de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la Provincia, quisiera compartir algunas líneas respecto a esta situación que nos toca de un modo específico.

Reconociendo la absoluta complejidad de una problemática que conocemos de cerca, porque trabajamos con ella a diario hace más de dos años, y siendo además profundamente conscientes de que no existe una manera “correcta” de desalojar gente, creemos que la planificación y la sensibilidad humana y social tienen que ser la base de cualquier política que tenga que ver con una situación sensible como esta. Nunca se debe perder de vista que lo que está en juego es, nada más y nada menos, que el hogar para cientos de familias atravesadas por el miedo y la incertidumbre de no saber a dónde ir.

Las problemáticas habitacionales, como ya mencioné, las conocemos de primera mano. Basta decir que trabajamos cotidianamente en una Provincia en la que el 80% de la población está concentrada en el 5% del territorio. Pero así como conocemos esta realidad, también sabemos que detrás de los fríos números, está la vida y el padecer de miles de vecinos que necesitan un hogar, un terreno o los servicios básicos en su barrio. Con esa premisa, y con el claro rumbo político que nos marca el Gobernador Daniel Scioli de abordar con firmeza, decisión y compromiso social estas cuestiones, nos esforzamos por trabajar adelantándonos a los problemas y ponemos toda nuestra dedicación en planificar un territorio de 16 millones de habitantes.

De este modo la sanción de la Ley N°14.449, de Acceso Justo al Hábitat, abre un nuevo panorama de abordaje en materia de tierra y vivienda, incorporando principios rectores, directrices generales e instrumentos de actuación que permitan la intervención efectiva y eficiente por parte del Estado para enfrentar progresivamente el déficit urbano habitacional de la provincia de Buenos Aires.

Esta normativa incluye la creación de un Registro Público Provincial de Villas y Asentamientos Precarios con el objetivo de conocer el territorio en el que intervenimos además de crear un marco jurídico de trabajo que nos permite abordar la problemática de manera integral. En su articulado se especifica la posibilidad que tiene la autoridad de aplicación de la norma de requerir al Poder Legislativo Provincial la suspensión de las medidas judiciales y/o administrativas destinadas a desalojar familias que formen parte de los asentamientos inscriptos en el mencionado Registro. Es decir, nos da las herramientas legales para trabajar anticipadamente con el problema para poder eventualmente ofrecer nuestro conocimiento de cada caso específico y de este modo plantear soluciones que surjan del conocimiento genuino de las distintas situaciones.

Por eso cuando decimos que en la Provincia “trabajamos más allá y más acá del desalojo”, lo que estamos queriendo señalar es que intentamos abordar el problema anticipadamente, con trabajo territorial, convocando a todos los sectores que son parte y trabajando articuladamente con ellos: Gobierno de la Nación, Organizaciones no Gubernamentales, Comisión de tierras, Poder Legislativo, Municipios, Defensoría del Pueblo de la Provincia, entre otros. Y lo hacemos de este modo porque tenemos una nueva Ley que nos avala y nos otorga los instrumentos jurídicos, pero fundamentalmente porque tenemos la convicción político-ideológica, y porque somos absolutamente consientes que de nuestro trabajo depende la calidad de vida de los bonaerenses.

En este sentido, considero que cuando se produce una situación como la del desalojo de Villa Lugano, se debe comprender fundamentalmente que el problema no termina ni empieza en el desalojo. En la Provincia estamos convencidos que trasladando a la gente de un lugar para el otro no se soluciona el asunto, tenemos la orden expresa de Daniel Scioli de redoblar los esfuerzos, para acercarnos a soluciones y decisiones que no pierdan de vista que estamos trabajando con personas y no con “números”. El que no lo entiende así debería replantearse su lugar en la función pública.

Como dijo el otro día el Papa Francisco no hay peor crueldad que la indiferencia y la falta de solidaridad entre los argentinos. Su sensibilidad y su abrazo a la distancia a las familias que quedaron a la deriva, nos interpelan a profundizar políticas para el desarrollo de una Provincia que crezca en los valores del respeto, la unión y la inclusión de todos los bonaerenses.

La Ley de Hábitat está a la altura de nuestros principios estratégicos, políticos e ideológicos, ahora somos nosotros, los que ejercemos la función pública, quienes tenemos la obligación de elegir si nos ponemos del lado de un País con desarrollo y conciencia social o si tomamos otro camino. Desde el Gobierno Provincial trabajamos para esta Gran Argentina.

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