Educación
Hacia un modelo de Universidad que no nos merecemos
Por Ezequiel Ivanís
Gratuidad e inclusión, dos pilares del sistema universitario argentino en la mira del discurso y el accionar de la alianza Cambiemos.

Nuestro país ha sido protagonista de dos grandes hechos históricos en relación a la política universidad: la Reforma de 1918 y la sanción de la Gratuidad Universitaria en 1949. Estos dos acontecimientos determinaron una forma de entender la universidad pública que, con sus avatares, se mantuvieron incuestionables hasta nuestros días y que pueden resumirse en: autonomía y gratuidad universitaria.

La historia de nuestro país, con sus democracias interrumpidas y acalladas, sus gobiernos populares y sus gobiernos democráticos (neo) liberales, ha generado de la Universidad una cuestión política. Una cuestión socialmente problematizada que nos posibilita hablar de la "cuestión universitaria", es decir, del debate acerca del modelo de universidad que queremos para nuestro pueblo. O mejor dicho, entender que el modelo de universidad que se piensa es, también, un modelo de Nación; y que todo proyecto político, en nuestro país, no puede estar acabado si no contempla un proyecto universitario.

¿Cuál es la situación de la Universidad en el siglo XXI?

A partir de 2003 se produce una jerarquización del sistema universitario cuyas causas pueden identificarse en dos ejes. Por un lado, la historia. La cuestión universitaria en Argentina reviste la noción de un sistema autónomo, público e inclusivo que se traduce en entender la educación universitaria como un derecho y no a través de la lógica de mercado. En este sentido, el Estado es el principal actor que debe promover y garantizar condiciones de viabilidad y sustentabilidad al sistema de educación superior. Un segundo eje se relaciona al modelo de país que comienza a diseñarse a partir de 2003. La universidad, en este sentido, cumple un rol protagónico, no solo por constituirse en una institución central para la inclusión social sino, además, porque contribuye de forma natural a un modelo económico de desarrollo basado en la industria nacional.

Néstor Kirchner recibió un sistema universitario argentino desfragmentado, sin articulación, alejado y a la defensiva del Estado. Por ello es significativo el cambio en el esquema de financiamiento llevado a cabo en los primeros años de gestión, ya que apuntalaría la reconstrucción del sistema universitario y del rol de la Universidad como co-participadora del desarrollo nacional.

Esta construcción del modelo universitario, que recoge los principios de la Reforma y de la Gratuidad Universitaria, se consustancia con el modelo de país que comenzaba a delinearse. Para ello se diseñaron diversas políticas públicas que van desde mayor presupuesto y mejoras edilicias hasta la construcción de nuevas universidades en territorios que, por un proceso de movilidad social, comenzaban a reclamar o reclamaron históricamente por casas de altos estudios. En el periodo comprendido entre 2003 y 2015 se crearon nueve universidades, cinco de ellas en el conurbano bonaerense. Esta nueva estrategia se propuso expandir y federalizar la educación superior al punto tal que hoy, cada provincia de nuestro país cuenta con, al menos, una casa de altos estudios.

En 2003 se instaura un nuevo relato en relación al rol de las universidades para con la comunidad que necesariamente no implica disminuir la calidad institucional, como hoy se lo está denunciando. Una universidad es una buena universidad si, y solo si, es al mismo tiempo una universidad de calidad y para todos y todas, de lo contrario, es tan solo lo que históricamente ha sido, un ámbito de construcción de elites.

El cambio de gobierno en 2015 trajo aparejado, también, un cambio en la forma en que se entiende la cuestión universitaria. El proyecto de Universidad que pretende instaurar la alianza Cambiemos puede ser visto a la luz de tres dimensiones.

En primer lugar, la discursiva. Es preocupante las notas editoriales que aparecen en el escenario mediático que no hacen más que volver a insistir sobre dos cuestiones: una primera cuestión que denuncia la intromisión de la política en la universidad y con ello la pérdida de excelencia y de "pureza" de las instituciones. Invocan el escepticismo y la neutralidad de la ciencia y realizan una falta dicotomía entre política y calidad educativa. El segundo eje coloca a la universidad como un gasto sideral que debemos afrontar todos para que se gradúen unos pocos, por lo que impulsa el arancelamiento parcial o el cobro a graduados. Este cambio discursivo iniciado desde el gobierno nacional va cimentando una opinión pública que comienza a ver a las universidades nacionales como un gasto, omitiendo su rol integrador, de distribución democrática de valores culturales y de co-partícipe en el desarrollo nacional.

En segundo lugar, la presupuestaria y normativa. En cuanto al presupuesto, si bien aumentaron las partidas presupuestarias lo han hecho por debajo de la inflación. Al mismo tiempo se han realizado partidas extras que se manejaron de forma discrecional. En cuanto a la normativa es preocupante el Plan Maestro, presentado por el ejecutivo, que pretende instalarse con fuerza de ley. Aún poco se sabe sobre su implementación, pero entre sus puntos más conflictivos hay dos que merecen destacarse: la igualación del sector universitario público y privado y la provincialización de las paritarias del sector que actualmente son de responsabilidad nacional.

En tercer lugar, la lesión a la autonomía. El hecho que tomó notoriedad pública fue la irrupción de las fuerzas policiales, por la noche, en la Universidad Nacional de Jujuy sin orden judicial, situación que lesiona gravemente la autonomía universitaria pronta a su centenario. Pero, además, pueden contabilizarse más de media docena de irrupciones de fuerzas de seguridad en las universidades en los últimos meses, atropellos que no han tenido impacto mediático pero que son preocupantes para nuestra democracia. Se suma a ello, la denuncia sobre 52 universidades realizada por el fiscal federal Guillermo Marijuan hacia finales de 2016, acción penal que fue iniciada por una nota del diario Clarín.

¿Cómo debe entenderse, por historia y procesos de lucha, a la Universidad pública en nuestro país?

La universidad es un derecho de todos, del pueblo. Es un derecho humano en clave latinoamericana. Como derecho de las mayorías y no como derecho individual o como servicio.

La autonomía universitaria, por muchos sectores, es entendida como independencia del Estado. Un concepto erróneo que ha generado periodos de nuestra historia donde la universidad vivía a espaldas de las necesidades nacionales. La autonomía universitaria es autonomía del mercado y del gobierno, pero nunca del Estado. Esto significa articular con el Estado sobre qué tipo de perfil de graduado se necesita y qué tipo de perfil de investigador se hace necesario para aportar al desarrollo nacional. La universidad debe estar integrada al diseño e implementación de políticas públicas, pensarse en función de un proyecto de país y definirse como parte de los instrumentos con los que cuenta el Estado para articular las demandas sociales, económicas, culturales y tecnológicas del pueblo con los saberes socialmente compartidos que se construyen en la universidad.

Han pasado poco más de un año de la llegada de la alianza Cambiemos al gobierno. Aún no han realizado políticas públicas específicas en relación al sistema universitario, sin embargo, los indicios demostrados en discursos, en lejanía, y en estigmatización de las universidades son una expresión de la necesidad que, desde Cambiemos, tienen para generar un clima de opinión contraria a los pilares de gratuidad, autonomía e inclusión que posee nuestro estimado sistema universitario. 

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  • 3
    Martino Cruz
    14/04/18
    08:15
    El estado argentino ha determinado con la mayoría de los gobernantes la responsabilidad de la educación universitaria en la capital y en las principales ciudades de las provincias en tanto que ha esquivado, en los pueblos del interior , ?pueblos vulnerados?, la transferencia de los saberes universales resultantes de las actividades de ciencia, tecnología e innovación, que son generadas y ejecutadas en las universidades mediante las funciones sustantivas de docencia, investigación, extensión y proyección social. Luego, con la falta de una educación universitaria en los pueblos vulnerados los gobiernos de las provincias han promovido la segregación, la discriminación, el racismo, el elitismo, el centralismo, el chantaje, la corrupción administrativa y el favoritismo en la prebenda del gobierno federal, genuflexa a los dictados del FMI. Mas, acordada con la inhibición de la Legislatura y el respaldo del Poder Judicial.

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    Martino Cruz
    14/04/18
    08:14
    El estado argentino ha determinado con la mayoría de los gobernantes la responsabilidad de la educación universitaria en la capital y en las principales ciudades de las provincias en tanto que ha esquivado, en los pueblos del interior , ?pueblos vulnerados?, la transferencia de los saberes universales resultantes de las actividades de ciencia, tecnología e innovación, que son generadas y ejecutadas en las universidades mediante las funciones sustantivas de docencia, investigación, extensión y proyección social. Luego, con la falta de una educación universitaria en los pueblos vulnerados los gobiernos de las provincias han promovido la segregación, la discriminación, el racismo, el elitismo, el centralismo, el chantaje, la corrupción administrativa y el favoritismo en la prebenda del gobierno federal, genuflexa a los dictados del FMI. Mas, acordada con la inhibición de la Legislatura y el respaldo del Poder Judicial.

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  • 1
    ñandubay
    01/07/17
    13:22
    Claro como el agua. La contrapartida que se está verificando actualmente en la política que está llevando a cabo, todavía en una nebulosa, pero con claros indicios de perjudicar al sistema educacional argentino, por parte de Cambiemos y en especial del macrismo, es similar a la que está realizando a trescientos sesenta grados esféricos en todas las instituciones que hacen al estado. Ver para creer como se están robando al país por los cuatro costados y destruyendo todo lo que se pueda para beneficiar a las grandes empresas, corporaciones y clase rica. Siempre afirmo que es necesario pasar de un sistema presidencialista a uno parlamentario. No es posible que asuma un loquito como la lacra y que realice una metarmofosis y se transforme en un monstruo que ataque sistemáticamente todos los logros existentes del anterior gobierno para la mayoría poblacional y las cámaras y la justicia vivan en una nuebe de dope. La rermilpmqlrmp.
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