Las elecciones son un elemento esencial de cualquier sistema democrático. Cuando votamos estamos eligiendo a quién queremos que nos represente, estamos delegando el poder de gobierno y la soberanía que nos son propios como ciudadanos, además de ratificar la vigencia del sistema democrático argentino. De ahí que el voto sea un procedimiento que hay que resguardar con el mayor de los cuidados, porque es el pilar que sostiene el sistema representativo republicano y federal.

El sistema actual de votación de nuestro país es arcaico y presenta innumerables flancos por donde atacarlo. La boleta de papel, como venimos comprobando a lo largo de los años, facilita irregularidades y el fraude. Las largas colas para emitir el voto, la demora para conocer los resultados finales, diversos tipos de delito electoral como falsificación, robo de boleta o voto en cadena se eliminarían si se implementara, como en la Ciudad de Buenos Aires, el sistema de Boleta Electrónica. 

La experiencia de la votación en las elecciones a Jefe de Gobierno este año demostró que este sistema acorta los tiempos, tanto para emitir el voto, como para computarlos, y también fundamentalmente evita las formas tradicionales de fraude electoral. Sin embargo, aún cuando desde hace varios años se viene insistiendo para que se implemente este sistema, la negativa del gobierno es constante, quizás porque entiende que se le acaba un recurso para asegurarse el poder.

El domingo pasado, junto a mi equipo, y a otros legisladores, nos comprometimos de lleno para luchar por unas elecciones transparentes. Además de coordinar el funcionamiento de los 15 centros de cómputos de la Ciudad –que nos permitieron ir controlando los resultados según lo que nos transmitieron los fiscales al final de la elección-, actué como Fiscal General en una escuela de la localidad de Tres de Febrero. Allí conté con la ayuda de varios vecinos de la zona y de la Ciudad que se comprometieron con el futuro del país. 

Creo que gracias a la gran convocatoria de fiscales que conseguimos, y al esfuerzo mancomunado de tantos de nosotros logramos limitar las irregularidades y asegurar unas elecciones más transparentes. Sabemos que deberemos redoblar los esfuerzos para las venideras elecciones del mes de octubre, ya que pese al gran trabajo en equipo, los delitos electorales se siguieron intentando consumar y en otros casos se lograron.

En estos momentos, en los que el cambio está en nuestras manos, nuestra participación es determinante. Defendamos a nuestro país, cuidemos entre todos las elecciones que se acercan para así alcanzar el cambio que nos merecemos.