Editorial
Los Buitres con lobbysta de lujo: Cristina
Por Cristian Folgar
La nueva Ley de Hidrocarburos está pensada para favorecer exclusivamente a grandes empresas. Los buitres accionistas de YPF, agradecidos.

El tratamiento en el Congreso Nacional de las modificaciones que el cristinismo aspira introducir en la Ley de Hidrocarburos está poniendo en aprietos a los legisladores oficialistas al momento de intentar defender los aspectos más relevantes de la misma.

Todavía resuenan en el parlamento los gritos de una legisladora enardecida que al defender la nueva Ley de Abastecimiento sostuvo que, entre otras cosas, era para defender a la pequeña empresa frente a las grandes empresas. Habrá que ver debajo de qué bancada se esconde ahora cuando le toque votar los beneficios que la nueva Ley de Hidrocarburos le darían EXCLUSIVAMENTE a grandes empresas que inviertan junto a YPF más de 250 millones de dólares en tres años.

Esos beneficios previstos en el proyecto de Ley, que son básicamente los mismos que en su momento el Poder Ejecutivo Nacional le concedió a Chevron, no estarán disponibles para empresas que inviertan menos que esa cantidad, o que lo hagan en proyectos distintos que los auspiciados por YPF.

Si una empresa invierte 100 millones de dólares en su área concesionada y duplica las reservas o triplica la producción, no recibe los beneficios previstos en el proyecto de ley.

A quienes pueden “invertir mucho”, aún cuando no sean eficaces, se les dan beneficios, a quienes inviertan de manera eficiente pero por montos menores, se los excluye.

Curioso mecanismo “Nac & Pop” de discriminación, a los grandes capitales TODO, a las empresas de menor capital NADA. El cristinismo, desesperado por conseguir dólares en un mundo en el cual precisamente sobran dólares, decidió privilegiar a quienes en la tribuna dice combatir y decidió “excluir” a quienes en esas mismas tribunas dice defender.

Si usted es un ciudadano común y pagó impuestos toda su vida, no puede comprar dólares o protegerse de la inflación comprando otra moneda. Si usted tiene invertidos los ahorros de toda su vida en alguna actividad económica local, pero no tiene la suerte de ser una gran multinacional petrolera, tiene que bancarse las mil y una restricciones para operar.

Los ciudadanos, comerciantes y empresarios “comunes” evidentemente deberán esperar a otro gobierno para que sean tratados, al menos, de la misma manera que las grandes industrias. Este gobierno está tan desesperado buscando dólares que sólo atiende a los grandes capitales.

Otro aspecto del proyecto de Ley igualmente polémico, es el relacionado con el rol de las empresas provinciales. Concretamente en las posibilidades de esas empresas de asociarse con inversores privados en el desarrollo de nuevas áreas.

El proyecto de Ley limita el instrumento que se conoce como “acarreo” que consiste básicamente en que un inversor financie al titular del recurso durante el desarrollo de un área y luego éste devuelva su porcentaje de la inversión con los ingresos del área.

Lo curioso es que sólo se limita el uso de ese instrumento para los titulares del recurso (las provincias), no se prohíbe la práctica entre las empresas petroleras. ¿Por qué es malo que las empresas provinciales sean “acarreadas” y no lo es en el resto de los casos?.

Básicamente porque YPF es la que necesita ser “acarreada”. YPF no tiene la posibilidad de conseguir los fondos necesarios para desarrollar las oportunidades de inversión que tiene a la mano, especialmente en lo que se refiere a los hidrocarburos no convencionales.

YPF no es la dueña de los recursos hidrocarburíferos, no domina aún la tecnología y no tiene fondos suficientes. Los proyectos de inversión hasta ahora no permitirían que tanto las empresas provinciales como YPF sean acarreadas. No habría espacio para las dos. La solución lógica sería que YPF acuerde en cada provincia términos de asociación mutuamente beneficiosos para la empresa nacional y las empresas provinciales.

YPF desesperada por mostrar resultados de corto plazo, quiere optar por el atajo, limitar por ley las potestades provinciales y obtener en el Congreso Nacional lo que no quiere, no puede o no sabe conseguir en el plano comercial.

Si miramos un poco más detalladamente este asunto, las conclusiones son directamente desopilantes. Las empresas de energía provinciales son empresas estatales que reinvierten es sus provincias. YPF es una empresa 51% estatal y 49% privada. Los privados podrán hacer con sus dividendos, cuando se distribuyan, lo que mejor les plazca.

En lugar de privilegiar a los dueños del recurso que son 100% nacionales, el proyecto de ley privilegia a una empresa que es “sólo” 51% estatal.

Pero las contradicciones no terminan ahí. Dentro del 49% privado de YPF hay “hedge funds” o “fondos buitres”. Buitres a los cuales los pibes para la liberación condenan en actos en el Luna Park. Buitres a los cuales Cristina condena en la ONU. Buitres a los cuales, a pesar de los discursos de barricada, Cristina beneficia con sus proyectos de ley.

Así, en este tema es muy probable que los buitres terminen saliéndose con la suya, corren con el caballo del comisario y tienen una lobista de lujo: Cristina Fernández de Kirchner.

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  • 4
    víctor h. gorosito
    28/10/14
    13:26
    Estimado José I. Anzit Guerrero.

    En definitiva coincidimos en muchos puntos, planteados tanto por Ud. como por Cristian Folgar. Mi respuesta a su primer comentario es, que me pareció, que se responsabilizaba demasiado a C. Menem de lo que hizo en su presidencia, tampoco goza de mis simpatías, y se olvidó de otros participantes que dieron mandato en el Congreso para aprobar muchos de los desastres que hoy padecemos. Como para dar otro ejemplo, el de los ferrocarriles, no es sensato que con un sistema ferroviario aunque caduco no pueda ser puesto otra vez en servicio, miles de camiones vayan por las autopistas y caminos destruyéndolos y provocando demoras en el tráfico y accidentes.
    Saludos
    Responder
  • 3
    josé l. anzit guerrero
    27/10/14
    22:32
    Estimado Ing. Gorosito:
    Desde ya le agradezco que usted haya aportado detalles sobre la operación de privatización de Yacimiento Petrolíferos Fiscales, que llevase a cabo la presidencia de Carlos Menem. Ahora bien, si apreciamos semiológicamente tanto su comentario como el mío, podrá apreciar que al final del camino nuestras opiniones no se contradicen. Yo, debido a mi profesión (abogado y licenciado en ciencias políticas) hice especial hincapié en las técnicas de negociación y márgenes de maniobras internacionales que le quedaron flotando en el vacío a la Argentina para tratar con "igualdad de armas" frente a los popes plutocráticos mundiales del petroleo. Lo que usted señala es verdad, en cuanto a las facultades que se reservó nuestro país para desarrollar la industria petrolera, pero como bien señala ninguna de las prerrogativas que nos quedaron nunca fueron utilizadas por nuestros dignos representantes de la industria petrolera. Va de suyo, que, en lo personal, tanto el gobierno de Menem como el actual no me merecen el más mínimo respeto y consideración, ya que en ambos el Congreso actuaba bajo el régimen de la "obediencia debida", y en cuanto a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por lo menos, la actual no actúa bajo el sistema de la "mayoría automática" -propia de los tiempos del riojano-, situación que no se produce porque nuestro más alto tribunal, de vez en cuando, le frena y genera sesudos problemas a los consabidos intentos cristinistas de "ir por todo". Por otra parte, si analiza con detenimiento mi comentario verá que el mismo está más dirigido a los "fondos buitres" que a las cuestiones de Y.P.F., a las que considero más que perdidas por el giro secreto y, supongo, poco argentino que están tomando las actuales autoridades en temas tales como. Vaca Muerta, extracción por medios anti-ambientales, etc. En fin, más allá de las presuntas diferencias que podamos tener, las que yo, sinceramente, no visualizo, ha sido un gusto debatir con usted. Atte. Dr. José L. Anzit Guerrero.
    Responder
  • 2
    víctor h. gorosito
    27/10/14
    13:02
    Respuesta al Sr. José I. Anzit Guerrero.

    La entrega de YPF fue durante la presidencia de C. Menem, con ley votada por el Congreso, donde Néstor Kirchner y la diputada provincial Cristina Fernández (1992) hizo votar afirmativamente a sus diputados luego de recibir una suma cuantiosa de dinero por regalías petroleras, dicha suma es un misterio dónde está, le recuerdo que esas regalías pertenecían a la provincia de Santa Cruz y no al gobernante de turno.
    Es mentira que con las leyes y decretos emanados durante la presidencia de C. Menem , los futuros presidentes argentinos tuviesen las manos atadas. La Nación tenía o aún la tiene (otro misterio) la Acción de oro y un representante en el Directorio de Repsol YPF, Roberto Baratta, pregunte que se hizo de la Acción y qué hizo dicho señor en el Directorio, que acompañó con su voto las decisiones importantes promovidas por los accionistas mayoritarios. El decreto mediante el cual podía Repsol enviar sus ganancias fuera del país nunca fue derogado.
    Así como ilegalmente confiscaron las acciones de Repsol, luego se pagó una suma mayor a la que dijo en su momento el ministro de Economía, que primero comentó que era Repsol la que debía pagarle a la Nación, pueden comprar o expropiar el resto de acciones que mantienen los llamados buitres.
    Atentamente.

    Ing. Víctor H. Gorosito
    Responder
  • 1
    josé l. anzit guerrero
    05/10/14
    16:35
    Estimado Folgar: Tu análisis de la situación interna argentina, en materia petrolera, es impecable. Pero, respecto de esta industria, hay que hacer algunas salvedades. Sabido es que en materia financiera internacional, luego de la caída del Muro de Berlín y el definitivo asentamiento de la globalización, el capitalismo "financiero y monopolista" ha terminado por imponer sus ideas y extraordinario poderío. Hoy, en el planeta Tierra sobra dinero, porque además de los recursos legítimos hay que agregarles los que provienen de la economía informal, o dicho en buen romance, el que tiene por origen el lavado del dinero del narcotráfico, venta de armas, corrupción, petrodólares no declarados, etc., y es del dominio público que la mayor parte del sistema bancario internacional, por no arriesgarme a decir que el total, se dedica a ese lavado o actividad blanqueadora. Por su parte, la industria petrolera exige cada vez mayores inversiones, en parte, por el despilfarro que hizo la humanidad del petróleo (recurso no renovable) y, además, porque actualmente la moderna tecnología de exploración y extractiva ha alcanzado costes siderales. Ahora bien, en Argentina, el pecado original lo cometió Menem cuando privatizó -a tontas y a ciegas, previo pago del "spread" o retorno correspondiente- a Y.P.F., entregando áreas, instalaciones, flotas y servicios a todo tipo de aventureros, que, para peor, la mayor parte desconocía el negocio petrolero. Sin pretender defender a Kirchner o a Cristina, por los cuales no siento ningún respeto, aprecio o devoción; tampoco, puedo ser tan necio de desconocer la inconmensurable cuota de poder de negociación que Menem le quitó a la Argentina cuando cualquier gobernante nuestro se sienta con las grandes empresas del rubro a discutir inversiones o proyectos. Situación que no se produce en países como Brasil, México, Bolivia, etc. De allí, entonces, se colige que sumada a su permanente mala praxis, ignorancia y falta de criterio para gobernar, a Cristina, tampoco le queda mucho margen de maniobra para negociar con cierto éxito cualquier proyecto petrolero en Argentina. En cuanto a los fondos "buitres", los mismos durarán por largo tiempo, ya que provienen de los residuos de las actividades bursátiles, bancarias y del lavado de dinero. Con la caída de las tasas bancarias a nivel mundial, estos fondos buitres se han convertido en el paraíso y panacea de los inversores que buscan ganancias rápidas, y de ahí se explica la gran cantidad de islas que rápidamente se convierten, ya no solo en paraísos fiscales, sino que, además, se dedican a la gestión de negocios por medios de fideicomisos, contratos de uniones transitorias de empresas (U.T.E.) o de cualquier mecanismo jurídico-financiero que pueda ser útil para realizar operaciones al estilo "touch and go". Por ello, creo que este tema no tiene solución, por lo menos, hasta que la Argentina recupere en el mundo una cierta posición de fortaleza para imponer sus intereses. Tal como vamos, me parece que nuestra penitencia y vuelta al mercado internacional durará mucho tiempo y, ello será así, si logramos que los futuros gobiernos puedan emprolijar nuestras finanzas, economía, confianza y seguridad jurídica para los inversores internos y externos, entre otras mejoras sociales, políticas, jurídicas y demás yerbas que deberán encarar y producir en Argentina. Yo tengo 61 años, y te digo la verdad, creo que me iré a la tumba sin ver ninguna de las acciones y bondades que antes te detallaba. Un abrazo. Dr. José L. Anzit Guerrero.
    Responder
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