La última medida tomada por el gobierno cambiando la forma en la cual los fondos comunes de inversión debían contabilizar títulos públicos, puso en evidencia que ya poco se puede hacer para seguir sosteniendo la ficción del dólar retrasado.

El gobierno se está quedando sin poder de maniobra. Antes el Banco Central disponía de un nivel de reservas que le permitía “disciplinar al mercado”. Eso ya quedó atrás. Hoy los argentinos tienen en su poder mas dólares que el Banco Central. Las reservas líquidas netas que tiene el Banco Central sólo le alcanzan para que la transición no sea aún mas traumática. El valor del dólar se fija en la Bolsa, independientemente de la voluntad del gobierno.

Las explicaciones dadas por el gobierno son desopilantes. “Lo hacemos para llevar transparencia al mercado”. Si eso fuera cierto cualquier otro tenedor de los mismos bonos deberían contabilizarlos de la misma manera. Los bonos tienen un único precio pero según el gobierno hay que contabilizarlo según la cara del tenedor de los mismos. ¿Hay algo menos transparente que contabilizar de manera distinta un mismo bien que en el mercado tiene un único valor?

Hoy los argentinos tienen en su poder más dólares que el Banco Central, su poder disciplinador del mercado, quedó atrás.

“Lo hacemos para cuidar a los pequeños inversores”. Muchas gracias por el esfuerzo pero justamente los perjudicados son los pequeños inversores que tienen ahorros en los Fondos Comunes de Inversión. Habitualmente las autoridades cuando protegen a los pequeños ahorristas no le bajan artificialmente el valor de sus ahorros.

“Aprovechan esta circunstancia para dañar al gobierno”. A esta altura de las circunstancias ya esta claro que nadie podría hacerle al gobierno mas daño que el que él se hace a si mismo.

Cualquier política pública por definición es cuestionable. Una vez tomada cualquier opción, es esperable que reciba apoyos y críticas. El problema con el gobierno es que no acierta en implementar eficazmente las políticas públicas que él diseña en función de los objetivos que él mismo plantea.

Objetivos y resultados

El gobierno estableció un cepo al dólar para “garantizar el empleo y la producción”. Sin embargo las Pymes no consiguen dólares para importar insumos pero los sectores de ingresos mas altos pueden comprar en el exterior al dólar oficial hasta el límite de sus tarjetas de crédito. Nos quedamos sin dólares, perdemos empleo formal, se contrajo la producción industrial y todo ello con un cepo en funcionamiento que iba garantizar lo contrario.

El Estado toma el control de Aerolíneas Argentinas para garantizar la conectividad aérea interna, sin embargo, bastante mas de la mitad de las pérdidas operativas se deben a los vuelos internacionales que utilizan los sectores de ingresos medios/altos para viajar al exterior con los dólares que el Estado les entrega a pagar en cómodas cuotas, en pesos y sin interés. El bien más escaso de nuestra economía, el dólar, el gobierno se lo vende en 18 cuotas sin interés a los sectores de mayores ingresos para que demanden bienes del exterior. Notable criterio para la asignación de un recurso escaso.

El Estado expropió YPF para internalizar la “renta energética” que Repsol tomaba de YPF e invertía en el exterior. Sin embargo desde mediados de 2012 a la fecha somos los consumidores y los contribuyentes quienes subsidiamos a YPF. La compañía hoy vale la mitad que cuando se expropió a pesar que aumentó los precios de los combustibles, aumentó el precio al cual vende el gas natural y el valor interno del crudo es un 50% mas alto que el valor internacional. Delicias de la revolución.

El gobierno no puede siquiera mostrar resultados de ciertas políticas públicas aún cuando se las mida bajo los propios parámetros que el propio gobierno se dio a si mismo. Si eso no es sinónimo de incompetencia, se le parece bastante.

Tomemos el ejemplo del candidato oficialista. Cuando habla de las cosas que “continuarían” habla de un país que ya no existe. Habla de los logros de la Presidencia de Néstor Kirchner. Logros que Cristina Fernández de Kirchner se encargó de dilapidar. Los candidatos oficialistas hablan “como sí” Argentina tuviera todavía superávit gemelos, algo que perdimos hace por lo menos cinco años. ¿Dónde están hoy Alfonso Prat-Gay o Martín Redrado, quienes supieron ser Presidentes del Banco Central? ¿Dónde está hoy Roberto Lavagna y su equipo? ¿Son lo mismo Blejer, Bein o Peirano que los pibes de La Cámpora? ¿Es lo mismo la Provincia de Buenos Aires gobernada por Solá que por Aníbal Fernández?

La Presidenta popularizó la frase “vení chiquito vení” para referirse al Ministro de Economía, buena parte del oficialismo, que quiere ganar las próximas elecciones, creo que tiene muchas ganas de decir “pará chiquito pará, deja de hacer macanas”.