Editorial
La seguridad se resuelve con medidas estratégicas y de largo plazo, no desde la casuística
Por Guido Lorenzino
Los dirigentes políticos tenemos la obligación de formular políticas públicas en cada una de las áreas en que nos toque desempeñarnos. Las acciones que llevemos adelante deben fundarse en una mirada integral de la realidad que nos permita detectar una necesidad o un problema para construir una herramienta de gestión capaz de paliar o resolver esa situación.
Los dirigentes políticos tenemos la obligación de formular políticas públicas en cada una de las áreas en que nos toque desempeñarnos. Somos elegidos por el voto popular y nuestro deber es trabajar por y para el total de la población. En ese sentido las acciones que llevemos adelante deben fundarse en una mirada integral de la realidad que nos permita detectar una necesidad o un problema para construir una herramienta de gestión capaz de paliar o resolver cabalmente esa situación en el tiempo.

Así, el éxito o el fracaso de las mismas se medirán siguiendo parámetros que responden a varios factores, pero con una condición fundamental: el paso del tiempo. La correcta evaluación que se hará del funcionamiento del proyecto aplicado, precisamente será objetiva y real si se analiza teniendo en cuenta que su consolidación y, por ende, los frutos que pueda dar, necesitan un tiempo prudencial para que se potencie y cumpla con las expectativas planteadas en un principio, alcanzando un nivel óptimo y un alto grado de efectividad. De esta manera, el examen que se le debe realizar se hará en función de la eficacia que ha tenido en resolver el problema o la necesidad detectada.

Hay quienes analizan y describen la realidad desde la visión de los hechos. Ya que los que se dedican a considerar y opinar sobre la realidad tienen la tarea de evaluar los casos que a ellos se les van presentando en forma de noticia o de historia de vida (casuística). Desde allí pueden hacer una proyección del caso sobre el resto de la sociedad, y en definitiva verter opiniones sobre cada uno de los temas. El tiempo y la inmediatez de la información son veloces, efímeros. Hoy es una, mañana es otra. Y por eso, no es su responsabilidad formular políticas públicas ni mucho menos tener una mirada integral y objetiva. La subjetividad y la opinión que surja del caso es su objetivo, sin más compromiso.

Y en este sentido, contextualizando con los tiempos que nos toca vivir, es atinado destacar que el proceso político abierto en 2003 con el gobierno que encabezaron Néstor Kirchner y Daniel Scioli y que después continuaron Cristina Fernández en Nación y Daniel Scioli en Provincia, han formulado políticas públicas que cambiaron la historia de los argentinos: la Asignación Universal por Hijo, la estatización del sistema jubilatorio, extendiendo el beneficio a sectores que no gozaban del mismo -amas de casa, entre otras-, son algunos de los ejemplos más emblemáticos de políticas públicas, de Políticas de Estado, pensadas y aplicadas tras un extenso análisis de la realidad, proyectadas para que a futuro brinden los resultados más sólidos, en beneficio del conjunto de la sociedad. Realizar la crítica de alguna de estas políticas por casos aislados sería de una banalidad enorme y podría llevarnos a un equivoco gravoso.

Por su parte, el gobierno de Daniel Scioli estableció en la provincia de Buenos Aires un Bloque para la seguridad ciudadana basado en terminar con el flagelo de las drogas y las armas, maximizando y poniendo el énfasis en la prevención, lo cual disminuye la reincidencia. Con políticas de formación y capacitación activas y desarticulando una pesada herencia como la presencia de presos en comisarías que ha distorsionado durante años el rol de las mismas y vulnerando los derechos humanos de los detenidos, modificar esta realidad era una gran deuda de las políticas de seguridad democráticas que el Gobernador vino a saldar.

Al asumir su mandato había 4000 presos en comisarías hoy sólo quedan 800 y en las departamentales de La Plata y Lomas de Zamora no hay ninguno, se crearon 8 alcaldías y hay 9 en proceso de construcción aspirando a que en diciembre de este año la cantidad de presos en comisaría sea cero.

Estas medidas que el gobernador ha decidido trabajar desde el día uno junto a su equipo, son proyectos ideados en el marco de un intenso estudio de la realidad provincial, poniendo en la balanza todas las cuestiones que hacen a la seguridad en las calles, lo que se ha hecho hasta el momento y lo que la gente pide y reclama diariamente. En base a estos análisis se han implementado una serie de acciones que indudablemente arrojan resultados positivos, y que con total certeza el paso del tiempo afianzará, en pos de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Provincia de Buenos Aires. Esto es lo que se vislumbra.

Esos ejes de trabajo se van evaluando en el tiempo en función de las políticas públicas que se van implementando. Mirar, evaluar y por consiguiente juzgar la seguridad como el problema de un caso aislado, nos llevaría a un equívoco difícil de rectificar y nos sacaría del objetivo central que es dar más y mejor seguridad a todos los ciudadanos bonaerenses.

El error de analizar esta materia, tan importante, a través de uno o dos casos simplemente, podría ocasionar una confusión grave que nos imposibilitaría detectar y entender cuál es el verdadero problema y en consecuencia cómo se lo debe afrontar para alcanzar soluciones. Juzgar casos aislados para opinar de un todo, de una compleja totalidad, significa posicionaríamos mal desde el vamos, por lo cual no estaríamos capacitados para afrontar el grave problema de –en este caso- la inseguridad.

La casuística es un elemento que los dirigentes políticos debemos dejar en manos del poder de los medios de comunicación. Nosotros, por el contrario, debemos enfocarnos en otra cuestión muy distinta, más profunda y con otros ejes de análisis. Nuestra tarea es trabajar duramente en construir políticas públicas generales basadas en las necesidades integrales de los vecinos. Idear –tras exhaustivos estudios de la realidad- proyectos y propuestas de acción concreta a largo plazo, con objetivos ambiciosos que toquen de cerca a la mayor cantidad de argentinos posibles, pensando no sólo en su bienestar, sino también en el de sus hijos, entendiendo que las medidas que tomemos deben afectar y ser progresivas con el paso del tiempo a toda una familia.

Y desde ya que no es fácil lograrlo. Pero ahí precisamente está el desafío. Un desafío que estamos obligados a asumir, un riesgo que estamos dispuestos a correr. Estamos demostrando nuestra capacidad para poner sobre la mesa los temas más frágiles y contrarrestar los problemas pensando, produciendo, creando y ejecutando políticas fuertes de Estado, que queden en la historia como soluciones que marquen un antes y un después en la vida de los argentinos.

Siempre pensando a futuro, con los pies sobre la tierra, no dejándose llevar por el contexto, por lo que se dice. Las políticas públicas a largo plazo son la solución, el camino correcto para mejorar la calidad de vida de todos. Ahí está el desafío, construir una política de seguridad democrática sustentable y eficiente; en ese camino trabajamos día a día.
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  • 3
    22/04/12
    13:47
    ¿Y CUÁNTO HACE QUE ESTÁN EN ESO? 0 RESULTADO O MÁS BIEN RESULTADOS HARTO NEGATIVOS. ¡¡¡¡¡DEJÁ DE SANATEAR PARA JUSTIFICAR EL NO HACER NADA!!!!
    Responder
  • 2
    13/04/12
    12:40
    Hola Guido, estoy totalmente de acuerdo con lo que decís y agregaría que lamanetablemente los medios generan en los ciudadanos una espectativa de justicia que muchas veces no se da, no por errores de los sistemas de investigación ni de la justicia, sino porque desde el vamos las cosas no estaban dadas para ello, y este choque con la realidad provoca nuevamente el desconcierto y el descreimiento en la justicia y las instituciones. Abrazos
    Responder
  • 1
    10/04/12
    18:54
    Que es esto? basta de chamuyo lorenzino! no dijiste nada en todo eso
    Responder
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