Nuestro principal socio comercial atraviesa una crisis económica además de la crisis polÃtica que hoy determinó la suspensión de la presidente Rousseff. El efecto para Argentina. |
A partir de la salida de Dilma Rousseff de Planalto, la casa de Gobierno, Brasil tiene un nuevo presidente en ejercicio, el hasta ahora vicepresidente Michel Temer. Él armó una coalición de partidos en el Gabinete del Poder Ejecutivo. Si la crisis polÃtica en alguna medida comienza a tener una salida -independientemente del giro o signo polÃtico que se adopte- puede ser una noticia que dé señales de que la economÃa de Brasil comienza a salir de la recesión.
Esta serÃa una señal positiva. Argentina necesita que Brasil empiece a encauzar su economÃa, deje de caer y comience a traccionar.
El gran desafÃo que tiene Temer es presentar un programa económico o un paquete de medidas que logre aval legislativo y un gabinete que cambie las expectativas con respecto a la economÃa -sobre todo de los principales agentes económicos- y que ataque los problemas de base que tiene Brasil. En la medida en que se logren cambiar las expectativas y comiencen a corregirse los desequilibrios fiscales y monetarios, eso darÃa la señal de que Brasil deja de caer.
Para Argentina, que también está en un proceso de rebalanceo de economÃa y cambios, serÃa importante que Brasil empiece a acompañar, no sólo en lo que hace a la mejora del tipo de cambio porque reduce la brecha de competitividad, sino también por todo lo que implica la demanda de un Brasil recuperándose para la industria local.
La relación comercial de los dos paÃses se vio fuertemente impactada en los últimos tiempos por la recesión de Brasil y también la de nuestro paÃs. En 2011, el intercambio comercial bilateral alcanzaba los 39.600 millones de dólares, y en 2015, se redujo a 23.083 millones, un 42 por ciento menos.
Pero en los meses recientes, la relación se fue deteriorando para la Argentina que redujo sus ventas a su socio y además, vio crecer sus importaciones. En los primeros cuatro meses del año, el déficit bilateral se triplicó hasta los 1.400 millones de dólares, justamente por el menor ritmo de compras de productos argentinos por parte de importadores brasileños.
En tanto, en 2015, las exportaciones a Brasil fueron el 18 por ciento del total exportado por Argentina. Pero si se toma sólo las ventas externas industriales, la participación de los productos con destino a ese paÃs era del 40 por ciento. Hay que contemplar que el año pasado la crisis económica de Brasil y su recesión, con una caÃda del 3,8% de su PIB, ya habÃa impactado en el intercambio comercial.
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